Aquí ando, día 14 de septiembre, aprovechando un rato muerto del día, para dar otro empujón al blog. Ahora mismo tengo puesta la TV, que están jugando LA Galaxy y van ganando 2-0 a no sé quién... La verdad es que el fútbol aquí definitivamente está a otro nivel, nada que ver con Europa.
Me remonto a hace casi un mes para seguir dejando constancia de nuestras andanzas por aquí, al 17 de agosto, viernes.
Ese día, había quedado con los de DHL para recoger el paquete misterioso que había enviado Ana Merino. Como ese día Sandra no tenía curso, se vino conmigo, pero no le dije de quién era el paquete, para que tuviera un poco de misterio el tema.
El DHL en cuestión lo encontramos con bastante facilidad y el trámite fue muy rápido y sin complicaciones ¡Al fin tenía el paquete en mis manos! La verdad es que andaba bastante preocupado, ya que me sentía responsable de recibirlo y la cosa se estaba complicando bastante. También pensé que con lo fácil que había sido finalmente la gestión, lo difícil que había sido el proceso. De todas formas, este tipo de cosas me pasan a menudo con las agencias de transporte. No es la primera (ni será la última) vez que voy a recoger yo el paquete a sus almacenes.
Tras la gestión, Sandra fue a la aventura de encontrar una peluquería que la convenciera y yo mientras me quedé en casita haciendo relaciones públicas. Ese día también teníamos que ir a nuestro rent-a-car, porque querían revisarnos el coche para el viaje. La verdad es que Sandra tardó un huevo en hacer sus gestiones (lógico por otra parte) y tras elogiar su nuevo look realizado al parecer por una estilista muy histriónica (como la mayoría de la gente de por aquí, y más si es estilista), nos fuimos camino del rent-a-car. Habíamos quedado a las 16:00 con ellos, y a las 16:00 clavadas estábamos allí, pero como los californianos son un poco informales (muy poco anglosajón, por cierto), el rent-a-car estaba cerrado todavía. El tema no nos preocupó demasiado, ya que no habíamos comido y había un poco de hambre. El día anterior, previendo el tema, había buscado algún sitio auténtico para tomar una hamburguesa mientras nos revisaban el coche. Al final fuimos a uno realmente cerca del rent-a-car y bastante genuino llamado Norma's Restaurant. Como aquí la gente come a todas horas, no tuvimos ningún problema en que nos dieran de comer a esas horas. Efectivamente el sitio era bastante americano, aunque atendido plenamente por mexicanos. Como no queremos hablar español, aun sabiéndolo, nos dirigimos a ellos en nuestro inglés albaceteño. Lo bueno del sitio, es que además, se veía nuestro rent-a-car, con lo que en cuanto ví que abrieron, me di una carrerita para dejarles las llaves. Esta calle, por cierto, me parece genuinamente de LA, parece que estás metido en el videojuego de GTA.
Nos comimos una hamburguesota como Dios pintó a Perico, eso sí, bebiendo agua, que en muchos restaurantes aquí no tienen licencia para vender alcohol, que parece que les encarece mucho el tema.
La calle del rent-a-car me recuerda mucho a las de este juego |
Finalmente, nos dijeron que el coche necesitaba una revisión y que nos iban a dar otro para hacer el viaje al lago Tahoe, en concreto un Toyota Corolla Sedán. Les dijimos que no teníamos problema en llevar al perro en los asientos de atrás, pero que nos preocupaba que no fuera legal. Curiosamente, en materia de transportar a los perros, aquí son mucho más laxos que en España, y nos dijeron que no nos preocupáramos por eso, que aquí se podía llevar al perro ahí sin problemas. Por nuestra parte les tranquilizamos diciéndoles que pondríamos una colcha para que no quedaran los asientos regados de pelos, y aquí paz y después gloria. Nuestro tercer coche en algo menos de tres meses aquí. Este era automático, pero con menos extras que un Seat Panda. Tras las primeras sensaciones dubitativas con el tema de la ausencia del embrague, emprendimos camino a casa, que había que preparar la minimaleta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario