miércoles, 12 de septiembre de 2012

BBQ,s week


¡Voy a ponerme al día como me llamo Rigoberto! (la verdad es que como no estoy muy seguro, de momento, no me voy a jugar el nombre)

El viernes 10 de agosto (hace más de un mes desde el día que escribo) preparamos una barbacoa en Camelot con Luis y Anj. Era nuestra primera vez que hacíamos uso de la barbacoa y andaba un poco mosca por si los vecinos se ponían pesaditos por cualquier motivo, sobre todo por el hecho de beber cerveza.

La cosa salió muy bien, estuvimos solos, pudimos beber cerveza sin problemas (estaba -increíblemente- permitido), y como la carne aquí es muy buena, y Luis está hecho un maestro de las barbacoas, estaba todo muy bueno. Tanto es así que nuestro plan inicial de terminar la tarde en la pisicina (que está a 5 metros de la barbacoa) tuvo que ser abortado porque se nos empezó a hacer de noche y comenzó a hacer un poquito de rasca. Así que finalizamos la tarde dando un paseito por nuestro parque (como siempre, me cabreó el hecho de no poder llevar a Ada) y tras otra charla allí dimos por finalizado el encuentro entre otras cosas porque los mosquitos empezaron a atacarnos sin piedad.

Como no era muy tarde, Sandrita y yo nos tomamos la última en la terracita de la casa, otra zona escasamente usada, pero en la que se está muy bien.

Llegamos al fin de semana, que para nosotros, lo único que significa es que los sitios de visita están más llenos. Qué maravilla el tener esta sensación. Ese sábado, una de las profesoras del curso de Sandra, nos invitó a ir a su casa, con la idea de hacer una barbacoa (sí, dos barbacoas seguidas, ya se sabe que la vida es una cuestión de rachas). Así que tras jugar un poquito al tenis para ganarnos la comida, pusimos rumbo a casa de Karen (así se llama la profesora). Nos llevamos a Maurici, un compañero de curso de Sandra muy majete que estaba residiendo con una familia americana muy cerca de Camelot.

La barbacoa al final no fue tal, ya que todos los que fuimos llevamos comidas de nuestros paises (en teoría) y claro, con esto ya comimos de sobra. Nosotros, como no podía ser de otra manera, llevamos dos tortillas españolas, una con cebolla y otra sin, que tuvieron bastante éxito, por cierto.

Después de la comida, al estilo americano informal, de pie, en la cocina, alrededor de la barra, estuvimos un rato haciendo el chorra en la piscina y hablando un poco con el resto de compañeros de Sandra. Ese día conocí al que me faltaba, un francés llamado Habib que resultó ser bastante majo, aunque no muy hablador.

La verdad es que esa barbacoa la organizó Karen porque su compañero de piso era un actor de la película "Viven" llamado Vicent Spano con el fin de tener una especie de sesión monográfica sobre la película, que ellos estuvieron viendo durante la semana. Yo como la vi hace mil años, la verdad es que no me acordaba mucho, y menos del papel del hombre en cuestión, así que me quedé un poco al margen de la conversación.

El tal Vincent resultó ser bastante agradable y cercano, y la conversación fue interesante. Me acordé de mis amigos relacionados con el mundo del cine, que habrían apreciado mucho más que yo este encuentro.

A una hora prudencial abandonamos la casa y nos fuimos a Camelot, que Ada no entiende de vida social ajena y tiene que cubrir sus necesidades (como todo hijo de vecino) pasadas unas horas.

El domingo, hicimos un plan más localcito y controlado. Visita a nuestra playa un rato, comida en casa y por la tarde, intentamos ver la lluvia de estrellas, que aquí todos los medios de comunicación estaban anunciando con bombo y platillo. Fuimos al parque secreto de la perra y tras estar allí un buen rato tirados en el césped tratando de localizar alguna estrella fugaz, decidimos dar por abortado el plan con el resultado final de treinta y cinco aviones y cero estrellas fugaces. Vamos, fracaso total.

El lunes comenzó con nuestra sesión de raqueta y yo realizando recaditos matinales mientras Sandra iba a su curso. El día no tuvo mucho de destacado, mas que por la tarde, intenté probar una nueva funcionalidad de mi reloj GPS para correr: los trayectos. Básicamente consiste en que dibujas el trayecto que vas a seguir en un mapa y luego el reloj te va indicando por donde tienes que ir para seguirlo. El resultado fue de fracaso, porque al principio, no cogió bien los satélites, y por tanto, en ningún momento me llevó pr el trayecto planeado. Con un poco de frustración, hice una carrera un tanto improvisada que comparto aquí.

Llegamos al martes, 14 de agosto. Esta semana era la última del curso de Sandra y ese finde, lo íbamos a pasar en el Lago Tahoe con motivo del cumpleaños de la niña. Así que tras una sesión matinal de tenis y tras dejarla en el cole, me dediqué a realizar preparativos secretos para su minifiesta de cumpleaños. Qué mejor que visitar un chino para comprar mil chuminadas para dar ambiente. Por supuesto, también hice alguna visita a alguna tienda de más calidad, para hacerla algún regalo decente.

Por la tarde, como es costumbre los martes, fuimos al cine. En esta ocasión, al ser la última semana, se vino Maurici con nosotros, y nos animamos a ver por fin la de Batman. Nos daba un poco de respeto el ir a ver esta peli, ya que nos apetecía mucho verla, y queríamos enterarnos de algo.

La verdad es que entre que Christian Bale habla un poco pijo, que cuando está caracterizado de Batman tiene la voz distorsionada y que el malo, llevaba una máscara que también le distorsionaba la voz, la verdad es que no nos enteramos mucho. Menos mal que nuestras espectativas de entendimiento no estaban muy altas, porque si no, habría sido bastante frustrante. La peli, a mí me moló bastante. Muy espectacular y la chiquita que hace de Catwoman, más. Decía Sandra que hasta a ella le había gustado...

Como fuimos con Maurici y además la película fue bastante larga, nos fuimos directos a casa, sin pasar por el Kabuki, así que nos montamos una cena japonesa en casa, con edamame que me había regalado Mie y makis que habíamos comprado. No fue lo mismo, pero ¡no estuvo mal!

No hay comentarios:

Publicar un comentario