Llegamos al día 7 de agosto, en el que nos sorprende un día de calor hasta ahora sólo conocido en las zonas más interiores, más próximas al desierto.
Ese día el tenis se me da peor, como buen deporte de dientes de sierra que es. Por la tarde, como es martes, vamos al cine. Esta vez vamos a ver Savages -de Oliver Stone-, película que hace bastante honor a su nombre con una actuación de Venicio del Toro de lo más convincente. Salgo bastante desanimado, porque no he entendido muchos de los diálogos. A la única que he entendido ha sido a Salma Hayek (mexicana) sobre todo, cuando habla en español... En fin, el día en general, estaba de no, como diría Sandra. Finalizamos con nuestra visita al Kabuki, que siempre anima. ¡¡Qué buenos están los Alaskan Roll!!
El miércoles, bajamos un poco más tarde a jugar al tenis y tenemos todas las pistas ocupadas ¡Qué bajón nos dio! Decidimos que es el último día que nos retrasamos cinco minutos, porque las pistas por la mañana suelen estar cogidas por profesores jeta que dan clase en pistas públicas, con lo que el negocio les sale redondo. En cualquier caso, ese día, había quedado con Luis para jugar a media mañana, así que yo no perdí me sesión de raqueta. Después, nos quedamos en la piscina, hablando de la vida, que se estaba estupendamente. Una vecina española a la que ya había visto durante la Eurocopa, se unió a la conversación nacional, para recomendarnos algunos sitios por aquí para comer y/o comprar comida española. Yo que sólo voy a estar aquí unos meses, no presté mucha atención, pero para Luis, sí que fueron consejos de interés.
Durante estos días Sandra andaba fastidiada (y un poco acojonadilla) con un sarpullido que le había salido, con lo que por la tarde vamos a comprar una crema, a ver si la alivia un poco. En cualquier caso ese mismo día, ella descubre que el origen del sarpullido es estar usando un gel de ducha como crema hidratante. Es lo que tiene no dominar verbos como 'rinse' y no leerse las instrucciones. La verdad es que el gel ese más bien parecía una crema, y yo mismo así lo pensé la primera vez que lo usé, con lo que el uso posterior que le dio Sandra, fue bastante culpa mía (ya digo que el aspecto, el hecho de que no hacía espuma, no tenía apenas aroma... hacía pensar que era más crema corporal que gel)
Llegamos al día 9, que era el cumpleaños de Ada (3 años). Empezamos el día con la lección bien aprendida del día anterior y llegamos a la pista de tenis a las 8:55, con lo que no tuvimos ningún problema. Este día también hizo un calor infame, incluso a esas horas. Cuando llevé a Sandra a su cole, aproveché para comprar cuatro chuminadas para echarnos unas risas con el cumple de la perra y también a surtirnos con unas cuantas viandas para una posible visita de Luis para hacer una barbacoa en nuestra urbanización pija.
Ese día cociné un pollo asado, pensando en que este plato iba a tener muchos desperdicios susceptibles de ser comidos por Ada a modo de banquete especial cumpleañero (a todo esto, pensando en que no se pusiera mala, es decir, no estoy hablando de los huesos, sino de la piel, los cartílagos...)
Tras el festín que nos dimos los tres y el momento de hacer el gili poniendo velas a la perra (esto ha quedado inmortalizado en un vídeo que no hago público porque es un tanto vergonzoso), fuimos a dar un paseo un poco más largo de lo normal a la perrita por una pradera que hay no muy lejos de casa, que está pendiente de alquilar, pero que está perfectamente cuidada y es perfecta para poder soltar a la perra en cuanto se hace de noche.
Para finalizar el día, y en vista del calor que estaba haciendo, decidimos tomarnos nuestra cervecita nocturna en la terraza, que no habíamos estrenado, y en la que se estaba muy bien, la verdad. Pusimos el Ipad como radio y allí que estuvimos tomando un poco el fresquito.
Ese día el tenis se me da peor, como buen deporte de dientes de sierra que es. Por la tarde, como es martes, vamos al cine. Esta vez vamos a ver Savages -de Oliver Stone-, película que hace bastante honor a su nombre con una actuación de Venicio del Toro de lo más convincente. Salgo bastante desanimado, porque no he entendido muchos de los diálogos. A la única que he entendido ha sido a Salma Hayek (mexicana) sobre todo, cuando habla en español... En fin, el día en general, estaba de no, como diría Sandra. Finalizamos con nuestra visita al Kabuki, que siempre anima. ¡¡Qué buenos están los Alaskan Roll!!
El miércoles, bajamos un poco más tarde a jugar al tenis y tenemos todas las pistas ocupadas ¡Qué bajón nos dio! Decidimos que es el último día que nos retrasamos cinco minutos, porque las pistas por la mañana suelen estar cogidas por profesores jeta que dan clase en pistas públicas, con lo que el negocio les sale redondo. En cualquier caso, ese día, había quedado con Luis para jugar a media mañana, así que yo no perdí me sesión de raqueta. Después, nos quedamos en la piscina, hablando de la vida, que se estaba estupendamente. Una vecina española a la que ya había visto durante la Eurocopa, se unió a la conversación nacional, para recomendarnos algunos sitios por aquí para comer y/o comprar comida española. Yo que sólo voy a estar aquí unos meses, no presté mucha atención, pero para Luis, sí que fueron consejos de interés.
Durante estos días Sandra andaba fastidiada (y un poco acojonadilla) con un sarpullido que le había salido, con lo que por la tarde vamos a comprar una crema, a ver si la alivia un poco. En cualquier caso ese mismo día, ella descubre que el origen del sarpullido es estar usando un gel de ducha como crema hidratante. Es lo que tiene no dominar verbos como 'rinse' y no leerse las instrucciones. La verdad es que el gel ese más bien parecía una crema, y yo mismo así lo pensé la primera vez que lo usé, con lo que el uso posterior que le dio Sandra, fue bastante culpa mía (ya digo que el aspecto, el hecho de que no hacía espuma, no tenía apenas aroma... hacía pensar que era más crema corporal que gel)
Llegamos al día 9, que era el cumpleaños de Ada (3 años). Empezamos el día con la lección bien aprendida del día anterior y llegamos a la pista de tenis a las 8:55, con lo que no tuvimos ningún problema. Este día también hizo un calor infame, incluso a esas horas. Cuando llevé a Sandra a su cole, aproveché para comprar cuatro chuminadas para echarnos unas risas con el cumple de la perra y también a surtirnos con unas cuantas viandas para una posible visita de Luis para hacer una barbacoa en nuestra urbanización pija.
Ese día cociné un pollo asado, pensando en que este plato iba a tener muchos desperdicios susceptibles de ser comidos por Ada a modo de banquete especial cumpleañero (a todo esto, pensando en que no se pusiera mala, es decir, no estoy hablando de los huesos, sino de la piel, los cartílagos...)
Tras el festín que nos dimos los tres y el momento de hacer el gili poniendo velas a la perra (esto ha quedado inmortalizado en un vídeo que no hago público porque es un tanto vergonzoso), fuimos a dar un paseo un poco más largo de lo normal a la perrita por una pradera que hay no muy lejos de casa, que está pendiente de alquilar, pero que está perfectamente cuidada y es perfecta para poder soltar a la perra en cuanto se hace de noche.
Para finalizar el día, y en vista del calor que estaba haciendo, decidimos tomarnos nuestra cervecita nocturna en la terraza, que no habíamos estrenado, y en la que se estaba muy bien, la verdad. Pusimos el Ipad como radio y allí que estuvimos tomando un poco el fresquito.
Yo recomiendo la peli!! bastante bestia y el final regu...pero de lo que me enteré, me gustó!
ResponderEliminarOs teníais que haber bajado los subtítulos y así no hubierais tenido ningún problema.
ResponderEliminarJajaja! Tenían que inventar los subtítulos personales en el cine
EliminarSubtítulos en las gafas! Creo que Google está en ello...
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