viernes, 29 de junio de 2012

¡Qué vagazo!

Hoy ya llevo una semana sin encontrar hueco para contar nuestras andanzas por estas tierras, con lo que si no quiero que esto sea como la historia interminable, seré breve en contar lo más importante que hemos hecho esta última semana que ya casi va a completar el mes.


El viernes pasado, que es el primer día que dejé sin contar, lo más destacable que hicimos fue ver el famosisísimo cartel de Hollywood. Aunque parezca increíble, todavía no lo habíamos visto, ni en el tiempo que llevábamos aquí y tampoco cuando estuvimos el verano pasado, así que ya teníamos ganas de quitarnos esta espinita. Además, en la peli de Rock of Ages, también aparece de forma notable, con lo que todavía nos incrementó el interés. Parece que los de Google Maps tampoco han estado, porque las indicaciones para llegar a él nos las dio mal. Con todo lo que nos costó verlo, la verdad es que cuando lo conseguimos ver por primera vez nos hizo bastante ilusión. Luego tratamos de acercarnos a él y lo máximo que conseguimos fue ir a una especie de mirador, en la que el cartel estaba relativamente cerca, pero no al lado y además, como siempre, se nos estaba haciendo de noche. Tendremos que repetir la visita para ver si lo vemos desde más cerca, pero ya sin prisa...


¡El cartel de Hollywood!
Tras la visita al cartel, nos tomamos una cervecita por la zona de 'Los Feliz' (así son, utilizan el español, pero a veces se equivocan un poco en las construcciones), y de vuelta a casita.


El sábado, 23 de junio, jugaba España los cuartos de final de la Euro contra Francia. Lo vimos en casita Sandra y yo, con el habitual foro de whatsapp de futboleros. Ganó España, 2-0, bastante solvente y a semis. Increíble lo que ha cambiado el cuento con la selección... En toda mi vida no había visto jugar más que unas semifinales a España y en estos cuatro años, no ha faltado a ninguna. Creo que España no tuvo suerte en las grandes competiciones, y ahora se nos está haciendo un poco de justicia.


Tras el partido, como nuestra querida Ada no tenía pienso, nos fuimos a visitar el sitio que nos recomendó aquella locuela que relaté del día que operamos a la perra por primera vez, Global Pet Outlet
La verdad que el sitio estaba muy bien, muy completo y con precios bastante buenos. ¡Gracias locuela!


Después de las compras, decidimos tomarnos el aperitivo en nuestro querido Tattle Tale, y como de aperitivo, ya hemos dicho que aquí nada, decidimos darnos el primer homenaje de comida basura, en el Jack in the Box, que lo tenemos cruzando la calle.


Tras una conversación un poco surrealista con la camarera que nos atiende en inglés, en la que nos pregunta si los españoles entendemos a los mexicanos (cuando hablan), cogemos unas hamburguesas para llevar a Camelot. Las hamburguesas están muy buenas, pero como en todo sitio de comida basura que se precie, estamos haciendo la digestión durante horas... y más horas.


Luego para acallar nuestras conciencias, bajamos un rato al gimnasio. Para finalizar el día decido visitar andando el CVS mientras bajo a Ada, para ver si me compro unas pastillas de leche de burra. Es tarde y ya ha cerrado :-( 


El domingo, ya con la digestión de la hamburguesa terminada, medio veo el partido del día (Inglaterra - Italia) y tras una comida en casa, nos toca visitar un Home Depot. No lo he contado, pero, Sandra, que se está empezando a destacar por ser un poco rompilona, ayer se cargó la puerta de un armario, al cerrarla un poco (mucho) a lo bestia contra el saco de pienso, ha reventado las bisagras. En toda la casa hay un triste destornillador, así que hay ponerse manos a la obra para arreglar la puerta. Tras realizar las compras necesarias para reparar la puertecita nos volvemos a hacer el arreglo en cuestión.


Después decidimos dar una vuelta por Marina del Rey. Tras un paseito vespertino no muy largo por el paseo marítimo y el muelle, nos tomamos una cervecita en un bar bastante bullicioso de Venice, pero con buenos precios para lo que se tercia por aquí. Estamos bajo mínimos en la nevera y nos apañamos una cena con lo que podemos.


Llega el lunes ¡Hay que ir a la compra! Pero también hay que ir al veterinario. La mañana la dedico a seguir investigando si se puede llegar corriendo a la playa desde casa (y volver). Llego a la conclusión de que sí, pero que la carrera en cuestión será de unos 17 kms. Comparto el enlace de la carrera en donde se ve que me quedé como a 1,5 kms de la playa. Luego visitamos al Dr. Girgis, que con su peculiar inglés, nos dice que la perra va muy bien. Que sigamos con las friegas de carrillo y que volvamos la semana que viene.


Luego hacemos una comida tirando de no se qué existencias y por fin convenzo a Sandra de que necesitamos hacer compra. Vamos a un centro comercial nuevo, en el que de paso vamos a comprar un par de camisetas en Ross que es una tienda que nos han recomendado como barata rollo outlet. De hecho ya hemos estado antes en Culver City en otra pero en esa ocasión sólo compró Sandra. Me compro dos camisetas, una más para hacer deporte y unos calcetos y sí, ¡por fin llegamos al super!


Esta vez, para seguir probando, vamos a Ralphs, que lo hemos oído en la radio como que es muy barato. Hacemos la mega compra durante más de dos horas (esta vez nos gastamos más de 200$) pero por fin vamos a tener la nevera que no parezca un hospital robado. El balance de Ralphs es que está bien, pero no creemos que sea el más barato y no es el que más cerca nos pilla. Casi descartado.


Después para airearnos un poco, decidimos hacernos socios de un DVD club que hemos visto enfrente del veterinario, así que vamos dando un paseo con Ada hasta allí. El sitio lo lleva un oriental, que como no, es desconfiado y viendo que somos de fuera, nos pide un deposito para sacar pelis. Le decimos que sin problema y nos hacemos socios. Cogemos la de Safe House que no me acuerdo como se llamaba en español. Nos entretiene, pero no nos flipa (Por cierto, esta expresión, tiene probablemente su origen en 'flip out' que lo dicen bastante por aquí, que viene a ser 'volverse loco'. Es curioso que los primeros a los que se les oyó utilizarla era a los macarras. Tenemos unos jinchos de lo más internacional...)


El martes, Sandra está de antojitos y quiere comer pescado. La verdad es que aquí es difícil comerlo, ya que son unos flipaos (again) de la comida basura y de la carne, pero el pescado, para los acuarios. 


Decidimos ir a Redondo Beach, que cuando estuvimos con Luis y Anj, nos enseñaron una pescadería. Aquí, los pescados, también hablan inglés, porque no hay ninguno reconocible (bueno, el salmón, el atún y el bacalao. De la lubina, dorada, merluza, pescadilla... ni rastro). Compramos uno que nos parece que tiene buena pinta y que el pescadero también nos recomienda, un Striped Bass, que debe ser pariente lejano de la Lubina.


Tras una cervecita por la zona, también en el mismo bar que conocíamos de los 88 grifos de cerveza, vamos a casa a cocinar el pescadito al horno. La verdad es que nos supo bueno. Era una extraña mezcla de dorada y trucha, pero estaba rico.


¡Striped Seabass al horno!


Por la tarde, me acerco a Sprouts a comprar cervezas y vino, que al día siguiente vamos a ver el partido de España en casa de Luis y luego voy a devolver la peli. Sandra mientras tanto, se ha ido a hacerse unas fotos para su curso de inglés que lo empieza la semana siguiente.


Llegamos al miércoles, día marcado por la semifinal de España contra Portugal. Subidón total cuando pasamos a la final, la tercera en cuatro años. ¡¡Increíbleeeeee!! Nos quedamos de barbacoa en casa de Luis y Anj y claro, se nos va un poco de las manos con la alegría, así que allí se nos hace de noche, speaking (a bad) english y vuelta a casa.


La noche la pasamos un poco regular y la mañana un poco resacosa, pero lo peor es la noticia de que la avería del coche de España, van a ser 600€, porque se le han roto cuarenta cosas ¡Joder! Bueno, está claro que desde el punto de vista económico, he arrancado un poco gafado. Hace un poco de calor y como tengo un poco de mal cuerpo, decido dar una carrera dando vueltas por el parque de Fox Hills, que como está enfrente, si me aburro, o tengo calor, estoy al lado de casa y de la piscina. Para llegar a 10kms hay que dar 13 vueltas ¡Qué coñazo!


Me paso un rato por la piscina y comemos en casita. Después nos acercamos al colegio de Sandra, que es muy molón para entregar la solicitud de su curso y de paso nos damos una vuelta por sus instalaciones, que están vacías ahora que no hay cursos. Bueno vacías no, porque están infestadas de cuervos. Mira que hay cuervos aquí, increíble. Parece que el coche (de aquí) también está dando algún problemilla para arrancar, pero bueno, lo bueno de estar alquilado es que de averías nos olvidamos. Si nos pasa de nuevo, lo llevaremos a que lo revisen y nos den otro provisionalmente.


Luego, decidimos visitar a nuestro amigo oriental del DVDclub para coger otra peli. Ya empieza a conocernos y es bastante amigable. Nos pregunta por el fútbol y como buen oriental, se conoce a todos los jugadores de España. Eso sí, de Shakira no ha oído hablar (la relacionamos con Piqué). Curioso... Cogemos una peli que se llama Four Lions que nos parece un poco coñazo porque no le pillamos el punto al humor.


Bueno, y llegamos al día de hoy, que es en el que trato de ponerme al día y ya son las 12:00, ¡¡¡y no he bajado a Ada todavía!!!


¡Seguiremos informando!

viernes, 22 de junio de 2012

Asentándonos -poco a poco-

Bueno, bueno, bueno... esto lo dejé el domingo por la tarde y hasta hoy jueves por la noche no me he re-enganchado con el blog de nuestras andanzas californianas.


Aquí seguimos recibiendo muchos inputs de este idioma un poco salvajoide, y poco a poco vamos entendiendo más y cogiendo más vocabulario.


Lo más relevante desde el domingo hasta hoy lo intentaré resumir en las siguientes líneas.


Tras dejar el blog en su última entrada, fuimos por segunda vez a 'nuestro' bar, el Tattle Tale Room. La verdad es que este bar es sorprendente, cada día que vamos tiene una camarera distinta (ya sé que era la segunda vez que íbamos, pero hoy hemos ido de nuevo, y ha aparecido la tercera). Esta camarera (la segunda) provoca esta contrariedad que tiene este idioma, que como todos sabemos lo que se escribe como 'cuenca' se pronuncia como 'guadalajara', pero es que además, lo que se escribe como 'cuenco' no se dice  'guadalajaro' sino 'albacete'. Todo esta reflexión viene a cuento porque cuando llegué al bar y pedí dos simples cervezas marca Stella Artois (Two Stellas, please), ¡NO ME ENTENDIERON! Tuve que repetírselo tres veces, y entre medias me quiso dar la carta de cervezas.
Estas cosas pasan a veces, aunque la verdad es que en USA por mi experiencia, pasa poco, porque todo el mundo hace por entenderte, y porque también, aquí hay muchísima mezcla y cada uno habla como le sale del whistle.


En fin que tras las cervecitas nos volvimos a casita que al día siguiente ¡jugaba España! 


El lunes vimos el partido comunicados por whatsapp con los futboleros en España. La verdad es que España jugó bastante mal y Del Bosque estuvo de lo más anodino en sus cambios. Resultado final: ganamos de milagro en los minutos finales, tras una genialidad de Iniesta y pasamos con muy malas sensaciones a cuartos. Ya veremos que hacemos el sábado contra los franceses.


Después tocó visita al... SÍ, al veterinario. La perra, empeoró el domingo de forma sustancial y además aparte de los agujeros de entrada y salida que le hicieron para drenar, ahora tiene un nuevo grano sanguinolento en mitad del carrillo. Vamos, que ponemos un circo y nos crecen los enanos. Resulta que tienen que intervenir de nuevo el flemón, para volverlo a vaciar, ya que está de nuevo lleno de pus. Nuevo sablazo, esta vez más pequeño, pero no precisamente pequeño.


Entre medias de la operación, seguimos investigando supermercados. Esta vez probamos el Albertsons, que ni fú ni fá. Eso sí, me pregunto por que la abreviatura de libra (su medida de peso) en inglés es lb, cuando se escribe pound y se pronuncia paund. Otro misterio a resolver... (quizá el spanish power de nuevo sea la respuesta)


Tras la operación de la perra (y las compras de suministros), tarde caserita, viendo TV, que aquí es un ejercicio positivo y necesario, lejos de lo que significa verla en España (huelga decir que no ponemos canales en Español, que por cierto, hay UN HUEVO)


Llega el martes, y Alejandra propone ir a conocer el Downtown de LA, que en el viaje del verano pasado no lo conocimos, ya que por esta ciudad apenas paramos.


Probamos otro atasco bastante monumental en las autopistas de entrada al centro, pero bueno, como no teníamos prisa y todo era nuevo, esto no nos sentó especialmente mal. Eso sí, para estas cosas, sí que es cómodo el coche automático, el cual nosotros, no tenemos. Debemos ser los únicos en EE. UU. con un coche de cambio manual, que dicho sea de paso, yo todavía lo prefiero.


El downtown de LA, mola, pero no tiene nada que ver con el de NY, que mola mucho más, para que nos vamos a engañar. El de aquí es como el de NY, pero descafeinado, light, sin alcohol. Tiene la décima parte de rascacielos, de ambiente y de actividad en general. Nos moló el ayuntamiento, la biblioteca y por supuesto, la parte del Staples Center, que es quizá lo más único. También había un edificio calcado al Guggenheim, que resulta ser una sala de conciertos de Disney. Adjunto una fotos para analizar los parecidos razonables.


Este es el de Bilbao

Este el de Disney en LA
Otra cosa que no me deja de sorprender, es la fuerza que tiene el español aquí. Como muestra, adjunto unas  fotos del barrio de las Joyas dentro del Downtown de LA.



Bueno, después de la visita al Downtown, vuelta a casita y vida ordenada.


Al día siguiente, que es el miércoles, Sandra se aventura a conocer una piscina y yo aprovecho para darme una carrera para situarla. He de decir que correr por aquí es un poco coñazo, porque por un lado hay muchas cuestas por nuestro barrio y por otro, como el parque que tenemos al lado es muy pequeño, hay que correr por las calles. Las calles grandes pueden tener sin problema 10 carriles en total, con lo que como toque cruzar dos o tres de estas es un corta-rollos.


Aquí comparto la carrerita en cuestión, donde doy la vuelta es en la piscina donde estaba nadando Alejandra.


Luego comemos en casa, y por la tarde tenemos nuestra segunda sesión de lavandería, con algunos problemillas inesperados. Básicamente, rellenamos de más una de las lavadoras, y también básicamente, nos la cargamos. La ropa sale empapada y la lavadora se queda llena de agua. A Sandra se le ocurre la feliz idea de meter la ropa mojada en la secadora... Nos cargamos también la secadora. En fin, que procedemos a iniciar de nuevo el proceso de lavado, en otra lavadora, claro, y trato de poner en marcha la lavadora y la secadora que nos hemos cargado en funcionamiento, pero vacías. La secadora parece que se ha arreglado, la lavadora, definitivamente, RIP.


Como 'la salud mental de la comunidad está puesta a prueba por nuestra perra fuera de control' (ver blog de la sensibilidad vecinal), este episodio, creemos que va ayudar al incremento de nuestra popularidad. Además, como las lavandería se paga con tarjeta, es fácil saber quién es el último que la ha usado. Decidimos que hay que decírselo sin falta al manager del complejo en lugar de hacer el avestruz, que para qué nos vamos a engañar, es lo que te pide el cuerpo en estas ocasiones. El(la) manager no está, así que aplazamos la noticia hasta el día siguiente.


Tras los episodios de la lavandería, decidimos ir a Culver City, donde hoy inauguraban el metro (que a nosotros nos pilla donde da la vuelta el viento), y aprovechaban para hacer una fiesta de la entrada del solsticio de verano. Con todas las tribulaciones que hemos tenido en la lavandería, llegamos con todos los actos terminados, menos un par de músicos con pinta de colgadillos cantando en la calle.


Decidimos tomarnos al menos una cervecita, ya que estamos por ahí. La verdad es que se nota que hay mucho ambiente, tanto, que todos los bares están petados, sin sitio en la barra, menos uno. Cuando pasa esto, mala señal... Efectivamente, nos crujieron. Pero eso sí, el catálogo de las cervezas lo tenían en un iPad, y tenían WIFI gratis. Tras el obligado check-in en Foursquare de Sandra (yo no llevé el teléfono), decidimos no volver a este sitio llamado BottleRock.


Y así llegamos al día de hoy, jueves, 21 de junio de 2012. Con la tontería llevamos ya 17 días en estas tierras...


Hoy empezaban los cuartos de la Euro, con el partido Portugal-Chequia, que tengo intención de ver. Entre las friegas que hay que hacer a la perrita en la zona del flemón (que por cierto, por fin, va mucho mejor) y que intentando hacer una transferencia se me bloquea la contraseña del banco, el partido no lo veo mucho, la verdad. Mientras, Sandra anda por ahí corriendo, en lugar de estar de marujo como yo.


Tras solucionar los problemas bancarios varios con la ayuda de Belén, finaliza la mañana, y llega Sandra de sus correrías. Se ha medio perdido en su carrera y ha llegado un poco más tarde de lo previsto. Decidimos ir a tomar una cerveza a nuestro bar, así a modo de aperitivo, un concepto totalmente desconocido aquí, pero da igual, porque los bares (pocos) están abiertos de continuo. Como comentaba arriba, hoy había una camarera distinta, ésta muy maja y que encima nos ha entendido a la primera, e incluso, nos ha puesto unas cositas -bien saladas- para acompañar la cerveza. Claro, esto nos ha hecho tomarnos otra. Buen marketing, sí señor. 


Tras la cervecita, comemos en casa, bastante tarde, incorporando nuestro horario español de parados.


Por la tarde, es el quinto partido de la final de la NBA, así que decidimos verlo. Además tenemos una miniapuesta de por medio Sandra y yo, sobre si esto de jugar siete partidos es un poco tocomocho para alargar los ingresos o no. Yo digo que no (la serie va 3-1 y si ganaba hoy Miami, se acababa la cosa), y los Heat arrasan a los buenos de Ocklahoma, donde juega el español Ibaka. Miniapuesta ganada.


Decido bajar al gimnasio a última hora, pensando que no habrá nadie (como siempre). Resulta que hoy, bajando a las 21:00, es cuando más gente me he encontrado, ya que nos hemos juntado cuatro. Sé que suena a coña, pero como el gimasio es del tamaño de una habitación (grande), estaba petado!


A la vuelta, veo un correo de Chiquiriqui que se ha fastidiado el coche ¡Joder, también es mala suerte! Ahora que parece que la perrita se recupera, va a tocar aflojar para reparar el coche, que aparentemente estaba perfectamente. En fin, es lo que toca. Al mal tiempo (relativo), ¡buena cara!


Fin del día, y de nuevo, me he puesto al día de nuestras andanzas californianas. Mañana tenemos idea de ir a ver el famosisísimo cartel de Hollywood, que todavía no lo hemos visto.


Así que la imagen adjunta, por todos conocida, intentaremos hacerla con nuestros medios mañana




¡Seguiremos informando!


domingo, 17 de junio de 2012

Sensibilidad vecinal

Hoy domingo, ya casi hace dos semanas que comenzamos la aventura. Como siempre pasa en estos casos, la segunda semana ha pasado mucho más deprisa que la primera y me temo que esto será la tendencia hasta el final de la aventura.


Me falta por contar lo que hicimos el viernes y ayer, ya que hoy la verdad es que de momento, hemos hecho poco reseñable.


El viernes, tras un poco de deporte matinal, utilizando el parque que tenemos enfrente de casa y el gimnasio de Camelot, vamos por primera vez al cine. Aquí, el cine es como la bolsa, según el día y la hora que cojas las entradas, valen un precio u otro. Cogemos por internet la sesión de las 16:30, y por ello comemos poco, que no es cuestión de dormirse la siesta en el cine. La sesión nos cuesta 19$, que creo que es incluso más barato de lo que cuesta en España, aunque tal y como está el euro, lo mismo en breve es al revés. Vamos a ver Rock of Ages, escogida -como siempre- por Sandra, pero he de decir que con buen criterio -también para ser justo, aunque nunca elijo, he de decir que casi siempre me terminan gustando sus elecciones-, ya que todavía no andamos muy finos de oído y tampoco es cuestión de ir a ver una peli de grandes diálogos y trama enrevesada, así que un musical parece una buena opción. La peli, es muy animada y nos mola, hay partes de humor fino que incluye slang que ni pillamos mientras la sala se descojona, pero bueno, poco a poco... 


Hablando un poco de todo, aquí en los cines la peña come de todo, con lo que los asientos tienen bastantes manchas de diferentes grasas de diferentes comidas. Además, todavía no tenemos claro el tema de los horarios de las comidas. Pensábamos que más o menos la comida y la cena se hacían antes, pero la realidad, es que aquí la gente come a todas horas. En el cine, había un tío comiéndose un perrito a las 16:30, que os aseguro que no era su comida, ni su cena. Era su guarreo de las 16:30. Los cines, excepto por el tema de las manchas estaban muy bien, muy grandes y bastante cómodos, como con butacas reclinables. Además en esa sesión gallinácea que fuimos, había bastante poca gente.


Tras la peli, decidimos ir a conocer nuestro bar, el Tattle Tale, que ya habíamos aprobado el día anterior. Efectivamente nos mola, nos tomamos unas cervecitas, e incluso nos invitan a chupitos, que según nos cuentan es super extraño en este lado del charco. También es verdad que había algún borrachuzo un poco plastita, pero bueno, nosotros no somos demasiado buen target para darnos el coñazo, y tras unas breves palabras -que no entiendo, por cierto- buscan otra víctima. Caso especial es uno que se parece al malo de las películas de Tarantino, Danny Trejo, aunque con un aspecto menos desafiante, que aprovecha un momento que me voy al baño para hacer un chequeo completo al escote de Sandra. No problem, el hombre es inofensivo pero claro, uno se distrae con estas cosas...


Tras nuestra estancia en el bar, nos volvemos a casa, no demasiado tarde donde nos encontramos una nota que nos habla de la sensibilidad de los yankees. En la nota, nos dicen que la perra, no ha parado de ladrar (en nuestra ausencia), y que está fuera de control, afectando a la paz y la cordura del complejo entero de Camelot. ¡Joder qué exageraos! En fin, esta nota me preocupa un poco, porque quizá al ser Friday Night, haya podido haber gente fuera, que a la perra no le haya hecho gracia, pero realmente, el tema no tiene solución demasiado fácil.


La nota de la discordia




A la mañana siguiente, puntualmente, recibimos una llamada de teléfono y un aporreo de puerta, que ignoramos, porque estamos todavía despertando, y con un pelín de resaca por los chupitos de Jack Daniel's Honey (un brebaje desconocido, pero que estaba bueno, la verdad). A la segunda llamada, de nuevo, Lou, manifiesta el malestar de la comunidad por los ladridos del perro y también porque dejemos ropa en el balcón (esto sí que me flipó, que ultrasensibilidad la de los yankees, que les pertuba ver un poco de ropa, la que usamos para hacer deporte, secándose en la terraza). En fin, que pedimos disculpas y prometemos soluciones (no sé muy bien cuáles) a estos 'problemones'.


Como está la cosa calentita, decidimos llevarnos a la perra lejos del lugar de los hechos y de paso, conocer de una santa vez el parque Kenneth Hahn. La primera parte del paseo nos parece bastante fea, y además hace bastante calor, aunque al menos, podemos soltar a la perra, que en este país, esto es noticia. La segunda parte del paseo nos mola más, ya que es una zona más verde. También hay varias zonas con vistas molonas de toda la ciudad, aunque el día es bastante brumoso, y el horizonte se ve muy borroso. Busco sin éxito desde esta posición el cartel de Hollywood, de nuevo sin éxito. Tras unas 3 horas y unos 10kms, volvemos a casa, con la perra derrotada (todavía está tomando antibióticos por el flemón) y decidimos que nos hemos ganado una hamburguesa. Confío en que como la perra está cansada y hemos creado una serie de parapetos para alejarla de la ventana, no nos dé problemas con sus ladridos.


Sandra se encarga de localizar un sitio en la zona con hamburguesas buenas, que no sea de comida rápida, que queremos darnos un homenaje en condiciones. Encuentra uno que parece molón y nos ponemos en camino. El sitio en cuestión no lo encontramos, tras peinar la zona tres veces, así que decidimos aparcar y preguntar a un paisano. La verdad es que los paisanos yankees son muy majos de trato (aunque acabamos de descubrir su faceta pejiguera también con el tema del perro), y éste en concreto nos cuenta que lógico que no encontremos el sitio, ya que está cerrado desde hace meses. Nos recomienda efusivamente otro, que está al lado, y para el que nos da detalladísimas instrucciones. No lo encontramos. De llorar... En fin, que el hecho es que nos alejamos un poco y como no lo hemos visto, nos metemos en nuestro conocido City Tavern (el de las cervezas pésimas), que también lo ponían como bueno para tomar hamburguesas, así matamos dos pájaros de un tiro, encontrar una cerveza que nos guste entre las 18 que tienen, y probar la hamburguesa.


Esta vez, pide Sandra, con un criterio mucho menos arriesgado que el mío, que es preguntar a la camarera cuál se parece a la Stella (que es la que solemos tomar aquí), y efectivamente, esta vez la cerveza está buena. Las hamburguesas no están mal, pero tampoco son la hostia. Nos gustan más las del Home Burger de Madrid, sin ir más lejos, pero bueno, ya hemos cubierto el antojo de la primera hamburguesa del viaje.


A la vuelta, extrañados por nuestra muñonada de no encontrar el sitio que nos recomendó el paisano, volvemos a intentarlo, y efectivamente, ahí estaba, exactamente dónde nos había indicado. Lo único que nos sirve de medio excusa es que el nombre del sitio estaba muy difícil de ver, ya que estaba escrito con una letra pequeñísima en una especie de marrón oscuro sobre negro. Desde luego nada comercial para que la gente vaya al sitio por su nombre.


Tras la hamburguesa, que además nos la tomamos a la hora de la merienda, vamos a casa y nos damos una larga sesión de TV. Hoy nos castigamos sin cenar.


Poca novedad de Saturday night, que también estábamos un poco mosca con el tema de la perra y queríamos custodiar el que no ladrara.


Y así llegamos al día de hoy, en el que nos hemos levantado bastante tarde, muy poco al estilo californiano, que se levantan con el alba.


Resulta que hoy es el día del padre en USA, así que intento localizar al mío, que además todavía no he logrado hablar con él. Esta vez tengo éxito y le pongo un poco al día de nuestras andanzas.


Luego me veo el Portugal - Holanda, y tras unas vueltecitas a nuestro parque (odio correr dando vueltas, pero en este caso era lo más cómodo), nos damos un bañito en la piscina y después tarde caserita. La perra, después del paseo de ayer, está matada, claramente ha empeorado con la experiencia, ya que sin duda fue demasiado para ella, estando tomando antibióticos. Joder, no sabe uno como acertar, pero ayer, le dimos más importancia a sacar al perro del vecindario que a su recuperación, así que hoy lo está/mos pagando. En fin, mañana toca visita a nuestro querido Doctor Girgis, a ver qué opina él del estado de la herida (también con peor aspecto hoy) y de la perra en general. Cruzaremos los dedos...


Con esto acabo la descripción de nuestras andanzas hasta la fecha, son las 20:30 y creo que nos vamos a arriesgar a salir un poco y dejar a la perra sola. Esperemos que no haya una notita nueva...


¡¡Seguiremos informando!!

Un nuevo arreón

Esto de coger la regularidad tiene su complicación, entiendo perfectamente el éxito de productos como Activia...

Bueno, pues tras varios días sin escribir, voy a ver si me vuelvo a poner al día. Parece increíble, que estando sin trabajar uno no encuentre tiempo para hacer cosas. Qué paradojas...

Creo que la cronología la dejé en el martes, que fue cuando fuimos al mercadillo mandango de Culver City.

El miércoles, toca carrerita, esta vez convencido de llegar al gran parque de Kenneth Hahn, que no está tan lejos. Una vez memorizado el camino, me pongo colina arriba a su encuentro. Lo que en el mapa es evidente, en la vida real es inviable, resulta que la forma de acceso al parque es una calle-autopista además en obras, es decir, al contrario de lo que dice Adidas, impossible is something, esto.

La carrera se desvía pero al final se llega al objetivo. Por el camino descubro algún centro comercial más para seguir probando supermercados, que es ¡todo un reto!


Después de la carrerita me quedo viendo un poco los partidos del día de la Euro. Ese día juega Alemania contra Holanda, y aunque lo veo un poco en diagonal, está claro que este no es el campeonato de los tulipanes. Se les ve como desmotivados, después de palmarla con Dinamarca.


En fin, por la tarde, Alejandra busca una excursión urbanita por la zona de West Hollywood, y allí que nos dirigimos. Sitios muy repijos por el barrio, y vistas interesantes, ya que esto está en una montaña. Buscamos sin éxito el famoso cartel de Hollywood. No lo encontramos. Claro, no está aquí.


En el paseo encontramos que Starsky debía andar también por ahí...
Luego bajamos a Santa Mónica Blv, que resulta ser la zona gay de LA. Banderas multicolores por doquier y muchos restaurantes pijeras. Muchas parejitas de hombres (lógicamente), pero no de mujeres. En fin que no podemos parar en ningún sitio porque tenemos el parking para dos horas y se nos está acabando el tiempo.


Al día siguiente, Jueves, juega España su segundo partido. Como es bien sabido, el partido no tiene mucha historia, más que le dimos un baño a Irlanda y quizá que Torres localizó por fin la ubicación de la portería tras todo un año a por uvas. Esperemos que siga la racha.


Después del partido, decidimos hacer una visita al Walmart, recomendado por mi primo (nuestro querido FC) como lugar de referencia de Mercadona. Como hemos visto en la TV que aparte de comida venden más cosas que necesitamos (como un recipiente para el horno, marujo que es uno...), allí nos presentamos. La verdad es que el lugar nos resulta un poco extraño, porque es como un Dia, todo como desordenado, estanterías sin reponer, cajer@s fe@s..., pero con artículos de bazar y tecnología. Es decir una cosa muy rara. El hecho es que efectivamente, sí que estaba más barato que otros sitios, así que salimos de allí con la bandeja para el horno, unas latas de comida de perro y un pelador. También estuvimos a punto de comprar un ratón para el ordenador (lo dejamos porque no era del todo barato) y unas pilas (no había, no habían repuesto). Como se puede ver, compra totalmente heterogénea.


Tras el Walmart, y con la misión de comprar el ratón para el ordenador frustrada, decidimos dar una vuelta con Ada por nuestro barrio, que tiene un centro comercial a tiro de caminata, con un BestBuy, que en teoría es como el MediaMrkt pero aquí. En el BestBuy, no hay muchos ratones y encima son caros, así que el sitio resulta decepcionante, y la decisión de dejarlo en el Walmart, empieza a poder ser una cagadilla.


Seguimos nuestro paseo pseudo urbano (en LA hay muy pocos edificios altos, y la sensación de urbano es difícil de tener) para echar un vistazo al bar de la zona. Sí, al bar, sólo hay uno, y su aspecto exterior nos ha dado un poco de reparo, así que había que acercarse un poco más para valorarlo bien, ya que internet no tiene malas críticas. De camino a este reconocimiento, encontramos una tienda también difícil de calificar, llamada BigLots!, donde Sandra ha visto en el escaparate que hay una sección de tecnología, para ver si encontramos el ratón (todo este rollo del ratón, es porque estamos un poco hasta los huevs de manejarnos con el famoso panel que tienen los portátiles). Entro sin ninguna fe, y resulta que encontramos un ratón más que decente, por 5$. Perfect deal! :-D Si es que nunca se sabe...


Bueno ya con la misión del ratón cumplida, seguimos camino de nuestro bar local, el Tattle Tale Room. Nos asomamos, un poco acojonadetes de lo que puede haber ahí dentro, pero parece que el bar mola y también el ambiente. ¡Ya tenemos bar! No lo usamos en ese momento, pero ya lo tenemos fichado. Por cierto, como curiosidad el bar significa "la habitación de los chismes/chismosos", de haberlo sabido, tampoco habría ayudado mucho...


Las niñas posan en nuestro bar


Tras esta tarde de realizar misiones, nos volvemos a casa. Cenita caserita, como le gusta a Sandra, y fin del jueves.


¡Continuaremos informando de nuestras andanzas californianas!



















martes, 12 de junio de 2012

Veterinario (again)

Bueno, pues van pasando los días y hoy ha sido el primer día de la segunda semana por Culver City.


Hoy me ha tocado estrenar el gimnasio del reino de Camelot, como lo está llamando Sandra. La verdad es que está bastante bien, sencillo, pero limpio, ordenado y suficiente. Mañana tendré agujetas, porque entre pitos y flautas, hacía más de una semana que no movía una pesa. Además, en este gym puedo hacer cosas que no puedo hacer habitualmente en PegasusGym.


En fin, que después de aprender alguna palabrita como spotter (lo ponían como obligatorio y a mi me parecía que se debía referir a que llevaras algo para recoger las manchas y resulta que es un ayudante u observador, que por cierto yo no tenía y ahí no había ni el tato), hoy tocaba la visita a Donald Duck, para quitar el tubo de la cara de la perra, que estético, estético, no era mucho...


Tras una nueva sesión de inglés animal (nunca mejor dicho, tanto por la materia como por la dicción del interlocutor), le quitan el tubo, pero nos dicen que esto no ha acabado, que tenemos que estar una semana metiéndole en la herida una jeringa con un líquido amarillo que jura que es antibiótico. Esperemos que esto funcione, porque esto o funciona o mata...


En fin, que la perra en cualquier caso, excepto en el rato que está en el veterinario en el que está acojonada (como yo, by the way), parece bastante animada y está comiendo bien, lo cual es sin duda una buena señal.


Tras las peripecias perrunas, decidimos visitar el mercadillo de nuestro barrio (Culver City) que resulta ser un bluf, así que nos vamos a tomar una cervecita a las horas que se llevan aquí, las 18:00, con la fe de encontrar una hora feliz por ahí.


Tras buscar un poco, hacer un donativo a una causa infantil que no hemos entendido muy bien, pero que nos ha permitido hacer un listening en directo de alto nivel por la naturaleza del contenido, encontramos un bar con hora feliz y en el que cabemos.


Decidimos hablar inglés entre nosotros, a ver qué tal. La verdad es que es un poco ridi hacer esto, yo creo que ayuda a soltarse. Más o menos duramos una hora, pero bueno, no está mal.


Cuando nos estamos tomando la última cervecita para volvernos a casita, Sandra decide hacer una apuesta sobre lo que estaba comiendo la chica de al lado, que yo digo que son endivias y ella que alcachofas (como se puede ver por la apuesta, aquí algunas cosas de comer, digamos que tienen un aspecto algo distinto). Resulta ser una cosa que se llama Romania, que todavía muy bien lo que es, pero que no es alcachofa ni tampoco endivias, al menos exactamente...


Bueno, pues el hecho es que la chica de la Romania, hace migas con nosotros y nos da otra buena sesión de listening, además nos dice que por favor, contactemos con ella para otra ocasión, que le encanta, salir, beber y España. Le cogemos los datos, pero todavía estamos en la tesitura de si usarlos...


Tras este encuentro, dejamos a la chica y a su amiga, ésta última bastante bebida por cierto y nos volvemos a casa, donde finaliza el día con una cena casera, que hoy ya nos hemos liquidado el budget con las cervecitas...


¡Mañana será otro día!

lunes, 11 de junio de 2012

Yendo hacia atrás

Como llevo poco rigor a la hora de publicar el blog, voy a hacer un ejercicio de memoria (con la ayuda de Alejandra) de las cosas que hemos hecho estos primeros días de estancia en EE. UU.

Hoy de hecho, se ha cumplido una semana desde que llegamos y voy a tratar de acordarme de las principales cosas que hemos hecho hasta hoy, de delante a atrás, para que cueste menos...


Hoy

Por la mañana hemos salido a correr, lo cual no debería ser un acontecimiento, pero como es el primer día que he podido hacerlo tras el giligolpe que me dí en las costillas en la piscina de casa de mi hermana, tengo que ponerlo. Por cierto, vaya carrerita que me he dado, no he parado de subir cuestas (fox hills es por algo) y además he corrido por un cementerio (de día que da menos cague, claro), en concreto el de Holy Cross.

También he estrenado la piscina del complejo de Camelot (Sandra ya lo hizo ayer), que después de la carrera, ha sido una experiencia cojonuda.

Después comida en casa, un poco de TV (siesta, para que engañarnos) y por la tarde, hemos seguido investigando supermercados de la zona. Hoy hemos estado en Sprouts, que nos ha gustado mucho para el tema de frescos y menos para envasados. 

Después siguiendo la tarde de abastecimientos, hemos recorrido el mini centro comercial que tenemos en Green Valley con Bristol, y hemos visto un CVS (tienda engendro entre farmacia y droguería), donde hemos comprado cosas para lavar, que todavía no hemos hecho colada y la ropa empieza a escasear. También un par de (restaurantes) chinos, uno de ellos con un olor a fritanga que nos ha hecho descartarlo para siempre y otro muy feo que también. 

Luego, un paseito con Ada, ya bastante recuperada (mañana le quitan la paja incorporoda que lleva en el moflete) y cenita. Fin del día de hoy


Ayer (Domingo, 10 junio)

Bueno, bueno, bueno, que ayer jugó España contra Italia ¡Menudo acontecimiento! Quedamos en casa para el ver el partido, a las 9 de la mañana una hora futbolera que no veas. Tras el conocido empate, fruto de las idas de olla de Del Bosque (Of the Forest, aquí), intentamos ver a Nadal, pero suspendieron el partido por lluvia. Hoy ya nos hemos enterado que ha ganado (aquí jugaba a las 4 de la mañana, con lo que no era mucho plan...) ¡Grande Nadal!¡Séptimo Roland Garros!¡El primer jugador de la historia que lo consigue! y todavía hay gente que no le da valor al jugadorazo que es (¿Sergio?)

Bueno, el hecho es que vamos a Redondo Beach, nos tomamos unas cervecitas en un bar con 88 cervezas distintas de grifo (esto no es exageración, aunque lo parezca), y luego un rato en la playita. No nos bañamos, pero advierto que el agua en esta playa parece estar menos revuelta que en la de Santa Mónica.

Por la tarde, Sandra se las dio de independiente y se fue a la piscina mientras yo dormía un partido de beisbol (joder, qué largos son los jodíos...).

Por la noche, cena caserita (con tortilla de patata incluida) y más TV (bueno, entre medias bajé a Ada, que no es cuestión de que reviente la chica, aunque esté convaleciente)


Sábado (9 de junio)

Desayuno, un poco de Eurocopa, que no había visto ningún partido y ese día era el Alemania - Portugal. Ozil&Khedira vs. CR7&Pepe&Coentrao. Mucho madridista como para perdérselo. Ganó Alemania, como casi siempre en las Euros, y después, nos fuimos a Culver City (Downtown).

Tomamos el aperitivo (y con eso comimos) en un Sports Bar bastante chulo, donde estuvimos viendo unas carreritas de caballos ya de paso. Tras una pequeña discusión con Sandra sobre si el considerar que el hombre está más dotado para el deporte que la mujer, y llegar a la conclusión de que no es cuestión de machismo sino de pura objetividad, nos fuimos a pasear un poco por el barrio.

Hicimos una paradita en Ross (tienda de ropa barata) donde me compré unos flip-flops ya que los que he traído son vergonzosos (pero abultaban poco y cabían en la maleta) y Sandra cuarenta cosas.

Otra paradita en Trader Joe (supermercado que nos recomendó la locuela que relaté en la entrada de blog anterior) donde no compramos nada, pero Sandra liberó su vejiga y final de paseo. 

Tras un ratito en Camelot, decidimos investigar los bares del barrio. No hay ninguno a tiro de flip-flop, así que cojemos el coche y vamos a un irlandés que hemos visto por internet (Joxer Daly's). El bar nos mola, por el ambientillo, y además nos echamos unas risas, porque resulta que el sábado tienen karaoke. Menudos personajes megafrikis que vimos, coreografías incluídas en algún caso. Tras unas alas de pollo mega picantes que nos dejaron una larga digestión nos fuimos a dormir, con la extraña sensación de que el bar había sido barato (por primera vez en el viaje).


Viernes (8 de junio)

Este día fue el que llevamos a Ada a operar, ya bastante detallado en la entrada de blog anterior.


Jueves (7 de junio)

Recogida del coche (nos sorprenden con un VW Beetle, cuando esperábamos un Yaris, :-), entrega del otro, y de paso visita al Pier de Santa Mónica.






Aperitivo/comida (unos nachos bastante ricos) en una terracita de Santa Mónica, viendo a un tío que tenía una iguana que parecía un dragón. Paseazo de Santa Mónica hasta casi Marina del Rey por la playa. Búsqueda de los canales de Venice (sin mucho éxito, nos queda pendiente) y baño de multitudes freaks en Venice y vuelta a casa a reponer un poco de fuerzas (sobre todo Sandra que todo este mega paseo se lo ha hecho con chanclitas y tiene los pies hechos trizas, aunque como es muy sufridita no lo dice mucho)


Por la noche, decidimos conocer el Downtown de Culver City. Nos parece muy bonito, con luces como de navidad y bastante ambientillo, aunque más de restaurante que de bar. Nos metemos en el que tiene más pinta de bar (City Tavern) y nos sorprende  la cantidad de cervezas de grifo que tienen (unas 20), aunque lo que nos sorprende más es que no conocemos ni una. Me aventuro a pedir una según lo que me parecía que podía estar buena y nos ponen la cerveza más mala que he tomado en mi vida. Como nos ha costado 7$ nos la bebemos haciendo de tripas (y gaznate) corazón. Nos animamos a tomar otra, la cosa sólo podía mejorar... Pedimos otra, y aunque efectivamente, estaba mejor, estaba bastante mala también. Nos queda pendiente volver a este bar para localizar una cerveza de las 19 que nos 
guste...


Miércoles (6 de junio)

Día de solucionar algunos temas pendientes. 

El primero, que funcione el teléfono fijo, estaba por ahí perdido en algún lugar de la casa y ha tardado día y medio en cargarse. Tema OK.

El segundo, esperar a que venga Lou, el manager de la propiedad, para ver los pequeños desperfectos que tiene la casa y dar fé que no los hemos hecho nosotros.

El tercero, alquilar el coche definitivo. El que tenemos, aparte de ser un poco de padre (Honda Accord, el típico coche que les gusta a los yankees de tres volúmenes), es algo caro y no nos sirve si tenemos que movernos con Ada.
Para este tema, recurrimos a un rent a car que encontré por internet desde Madrid, más barato que el resto y del que tenía un presupuesto por mail.
Arrow es el nombre. Es pequeño, en una zona cercana al aeropuerto, pero no demasiado. Nos atienden muy bien y cerramos el trato, bastante más barato que el otro, por cierto. Quedamos en recoger el coche al día siguiente. Será más pequeño (Toyota Yaris), pero más funcional para el tema de llevar a la perra.

De nuevo, nos toca ir a la compra, ya que la de anteayer, fue para salir totalmente del paso. Buscamos los  supermercados que nos ha dicho Lou, y encontramos uno de ellos (Pavilions).

Primera conversación por Skype con Chiquiriqui. 

Tras una sobremesa de TV y modorra, decidimos ir a conocer alguna zona de playas que nos han recomendado. Decidimos visitar Manhattan Beach. Vemos por primera vez el Pacífico y también primera puesta de sol, con paisaje marino, mientras damos una vuelta por el paseo marítimo.


Decidimos tomarnos una cervecita y nos metemos en un sitio bastante pijo, en el que nos cobran 15$ por dos cervezas. ¡Joder qué caro está el tema cañas en este pueblo!

Cenita en casa con incidentes. Pongo a calentar aceite de maiz en una sartén con tapa, y cuando la quito, empieza a arder. Como esto no se apaga solo, lo metemos bajo el grifo, pero como ha provocado una humareda importante, saltan las alarmas de humos. Tras un rato de confusión (y de acojone de la perra que se ha metido en su sitio voluntariamente por primera vez), dejan de sonar las alarmas sin que nadie venga a ver qué ha pasado (menos mal...)


Martes (5 de junio, ¡Santo -ficticio- de Sandra!)

Primer día completo en LA, que resulta ser el santo de Sandra (bueno, no lo es, pero ella siempre lo ha celebrado este día, original que es ella...)

Decidimos dar un paseo, para verificar que por LA no hay quien ande. El objetivo es llegar a Marina del Rey (ilusos). Empezamos el paseo, y como no tenemos mapas, nos despistamos y nos damos cuenta de que por donde vamos no llegaremos en la vida al destino. Como ya estamos lejos, decidimos volvernos con el objetivo fracasado. Además Delic Ada, con el paseo este tan largo y su debilidad añadida del flemón, empieza a arrastrar de más las patas con el resultado de que llega a casa sangrando...

Llegamos a casa y decidimos llegar a Marina del Rey, pero en coche, que va a ser que es más seguro.
Una vez allí, vemos que no es como nos lo habíamos imaginado, así tipo Puerto Banús... 
Marina del Rey sólo tiene los barcos, la parte de la hostelería ni rastro. 

Preguntamos a un paisano por un sitio dónde comer y nos recomendaron efusivamente un tal Cheesecake Factory, que pese al nombre, no era sólo de pastelitos. De hecho, pese al aspecto de que nos iban a crujir, aparcacoches tipo 'valet' incluido, el sitio nos gustó bastante y no nos resultó demasiado caro.


Por la tarde estuvimos en Santa Mónica, tomando algo por allí y conociendo el concepto de hora feliz, muy recomendable por aquí para que las cervezas estén a un precio más español.


Lunes (4 de junio) ¡LLEGADA!

Y por fin llego al lunes, día de la llegada. No mucho que contar, sobre todo teniendo en cuenta que ya hice una entrada de las primeras impresiones que tuvimos en el viaje.

Hala, resumen completito de la primera semana aquí, realizado.

¡Seguiremos informando!

sábado, 9 de junio de 2012

Aprendiendo por eggs

Tras un par de días de inactividad bloggera, de nuevo encuentro momento de escribir un poco, que lo prometido es deuda.


No sé exactamente dónde dejé el blog el otro día, pero bueno, voy a contar un poco lo que me ha pasado en estos últimos días, y las cosas que me han parecido interesantes de escribir.


El título, corresponde a que, aunque mi idea de este viaje era la de mejorar el inglés con el uso en la vida cotidiana, la verdad es que las circunstancias, me están haciendo utilizarlo en situaciones que no tenía previstas, al menos al principio.


Finalmente, mi perra Ada Delicada (este apellido se lo ha ganado con creces después de aproximadamente 76 visitas al veterinario en dos años y medio), ha tenido que ser intervenida del flemón que se trajo de España. Se me acabaron los antibióticos y el abceso seguía ahí, residiendo felizmente en la cara de la perra. Tras consultar al veterinario (español) por skype -con el que ya tengo una relación casi de colegueo- me dice que si el bulto sigue ahí y no tengo antibióticos, que no me va a quedar más remedio que visitar a un colega de profesión de este lado del charco, advirtiéndome que la broma iba a ser pesada.


Así, que nada, a buscar por internete veterinarios por la zona, y a cruzar los dedos para que la crujida fuera asumible.


Finalmente encuentro uno y voy a otro distinto, que nos encontramos de camino.


El veterinario resulta bastante cómico, ya que parece el primo oscuro de Dani de Vito, que nos cuenta (creo) que lo que hay que hacer es cirugía para drenar todo el pus que hay en el flemón y que llevará un tubo durante tres días. Esta conversación, difícil de imaginar en inglés para el común de los mortales hispano hablantes, se complicó sobremanera contado por este personaje, ya que tenía bastante similitud en su pronunciación con el pato Donald.


La divina providencia quiso que lo que habíamos creído entender, tras hacérselo repetir n veces era lo que iba a hacer, así que con un acojone notable nos decidimos a hacerle la intervención a la perra.


Tras unas horas de nervios, bajón, congoja y compras en el supermercado (hay que ver lo que cuesta llenar la nevera partiendo de cero), fuimos a recoger a la perra.


El resultado fue este:
precioso...


Tenía una perra que parecía sacada de una peli de Tim Burton, pero en fin, parece que era lo que había que hacer. Eso sí, la perra, que es muy lista, que para eso es alemana, ya me mira con el ojo revirado después de tanta faena que está sufriendo (tras el viaje de 13 horas en una jaula en una bodega, ahora esto), y que lógicamente, asocia directamente conmigo.


Bueno, que como decía al comienzo de este blog, esto se llama aprender por huevos, que esto no acabó aquí, que después de pagar la dolorosa del veterinario (que no precisaré aquí por ser obscena), tuvimos que ir a comprar lo que en españa denominamos 'la parabólica', para que la perrita no se tocara el tubito. Para los curiosos, este aparato se denomina e-colar o algo así, que la verdad, del egipcio (nacionalidad del veterinario) no me fiaba mucho tampoco en cuanto a su corrección lingüística, excepto en el mundo de los patos, claro.


Sé que el blog me está quedando un poco largo, pero es que encima la cosa no acabó en la tienda de suministros caninos...


Todavía quedaba el encuentro con algo que podríamos denominar 'la encantadora de perros', que básicamente me vino a decir que todo lo que había hecho en la vida de Ada estaba mal -desde el collar que llevaba, de hecho los dos, que con el de la lismania también se metió, hasta con la comida pasando por la longitud de la correa- y que le pidiéramos ayuda a ella para solucionar los múltiples problemas de mi skinny dog. Bueno, esta chica seguro que tenía buena voluntad, pero me la encontré en el peor momento para que corrigiera en todo lo relativo al perro. Quizá la demos una segunda oportunidad, ya que nos dejó formas de contactar con ella hasta por código morse.


Ya en casa, decididos a no salir, para vigilar la evolución de la perra, se nos estropeó la TV. ¡Noooooooooooooo! No tanto por no tener TV, que uno se puede buscar otros entretenimientos caseros, sino porque era viernes tarde, y había que movilizarse para solucionarlo.


El hecho, es que el bueno de Lou (manager de la finca) otra vez tuvo que ponerse las pilas con nosotros, para tratar de solucionar el temita, y donde vimos que los números de atención al cliente de aquí, son casi tan desesperantes como en España. Media hora de escuchar musiquitas pulsar botones del teléfono sin cesar hasta llegar a hablar con alguien. Ese alguien tras preguntar hasta la talla de los calzoncillos, por fin dio paso a interesarse en saber cuál era el problema. A partir de aquí, sí que me pareció más eficiente el servicio que al que estamos acostumbrados, ya que le ofrecieron cambiarle el descodificador al día siguiente.


Bueno, y ya sí, tras despedir agradeciendo infinitamente al peculiar Lou (el hombre impasible), procedimos a enchufar la antena directamente a la TV (como toda la santa vida) y ver los canales analógicos de aquí, que también los hay (aunque si soy sincero incluso dudé de ello), y en los que abundan los hispanos.


Por cierto, a modo de paréntesis, nos hemos dado cuenta que en la TV es increíble el número de anuncios de comida que hay. No hay duda que el público será receptivo a ellos.


Y así me despido del día con el pie cambiado que tuvimos, el viernes 8 de junio de 2012.


¡Seguiremos conectados!

jueves, 7 de junio de 2012

Primeras impresiones

Ayer empecé a escribir el blog de nuestra estancia en Los Ángeles, pero no me gustó el resultado. Me pareció una novela un poco rollo de las cosas que habíamos hecho de forma secuencial, tipo diario de a bordo.

Desde luego es un enfoque posible, pero no me ha convencido, así que comienzo de nuevo.

Tras decir que llegamos bien, que el viaje efectivamente es muy largo (da tiempo a que te den de comer tres veces y a que te pongan tres películas, y todavía sobra un huevo de tiempo), que la perra sobrevivió a la experiencia (que no es poco decir, dado su delicadeza) más o menos bien -unos cuantos manojos de pelos se quedaron en el camino fruto de su estrés- y que llegamos a la casa donde vamos a residir sin problemas.

Tras esto, estos primeros días estamos intentando ver de qué va esto, qué tenemos cerca y empezamos a solucionar los primeros temas para los meses que se nos vienen encima, como por ejemplo, el tema del coche, que finalmente optaremos por la opción de alquilar. Es más caro, pero para seis meses nos parece la solución más cómoda.

Las primeras impresiones del país y la ciudad, son muy buenas, aunque ya conocidas por nuestro viaje del verano anterior.

La gente en general es abierta y amable. No es extraño que te hablen por la calle para hacer algún tipo de comentario sobre todo relacionado con el tema del perro, y cada vez que recurres a ellos, hacen por entenderte y ayudarte. Hasta aquí todo conocido y positivo.

Una cosa que he notado, es que hay un comportamiento diferente respecto a los perros que en España. Lo primero, por ejemplo, es que enfrente de la casa, tenemos un parque, concebido para hacer deportes varios y también para pasear, lógicamente. Pues en este parque, no se permiten perros, ni siquiera atados. Me resulta un poco paradójico el tener un parque enfrente de casa y no poder llevar ahí al perro.

También me resulta curioso el comportamiento de la gente respecto a ellos. En general se muestran muy amistosos cuando te ven con él, aunque también existe una buena dosis de caguetas, que ya tengo conocida en España también. La verdad, y esto no tiene nada que ver con EE.UU. es que cuando tenía a Lía, que era también una mezcla de pastor alemán esto no me pasaba. Curioso como cierta parte de la gente identifica el pastor alemán como un perro peligroso.

Otra cosa que he notado, (también lo noté en el viaje anterior, pero no lo escribí ;-)) es lo bien tratado que está el español como idioma. En cualquier sitio público toda la información aparece en inglés y en castellano, al mismo tamaño, uno a continuación de otro. No aparecen más idiomas. Esto me reafirma en la necesidad de aprender inglés como algo fundamental, y estar muy contento de tener al español como lengua madre. También hay muchos canales de TV en español. Esto confirma que esta ciudad y este estado en general, si no tienes ni papa de inglés, te permite sobrevivir de sobra. No es el caso, porque también hemos notado, que si tú te diriges a la gente en inglés, aunque sepan español, ellos te van a contestar y a llevar la conversación en este idioma.

En fin, que este blog sea la primera de muchas entradas de blog que haga sobre las cosas interesantes que vaya aprendiendo de nuestra estancia aquí.

Supongo que iré cambiando de registro y de tema según vayan pasando los días, las cosas curiosas que nos surjan y demás, pero bueno, siempre lo más difícil es poner los cimientos.

¡Abrazos a todos y seguiremos informando desde Culver City!