Bueno, bueno, bueno... esto lo dejé el domingo por la tarde y hasta hoy jueves por la noche no me he re-enganchado con el blog de nuestras andanzas californianas.
Aquí seguimos recibiendo muchos inputs de este idioma un poco salvajoide, y poco a poco vamos entendiendo más y cogiendo más vocabulario.
Lo más relevante desde el domingo hasta hoy lo intentaré resumir en las siguientes líneas.
Tras dejar el blog en su última entrada, fuimos por segunda vez a 'nuestro' bar, el Tattle Tale Room. La verdad es que este bar es sorprendente, cada día que vamos tiene una camarera distinta (ya sé que era la segunda vez que íbamos, pero hoy hemos ido de nuevo, y ha aparecido la tercera). Esta camarera (la segunda) provoca esta contrariedad que tiene este idioma, que como todos sabemos lo que se escribe como 'cuenca' se pronuncia como 'guadalajara', pero es que además, lo que se escribe como 'cuenco' no se dice 'guadalajaro' sino 'albacete'. Todo esta reflexión viene a cuento porque cuando llegué al bar y pedí dos simples cervezas marca Stella Artois (Two Stellas, please), ¡NO ME ENTENDIERON! Tuve que repetírselo tres veces, y entre medias me quiso dar la carta de cervezas.
Estas cosas pasan a veces, aunque la verdad es que en USA por mi experiencia, pasa poco, porque todo el mundo hace por entenderte, y porque también, aquí hay muchísima mezcla y cada uno habla como le sale del whistle.
En fin que tras las cervecitas nos volvimos a casita que al día siguiente ¡jugaba España!
El lunes vimos el partido comunicados por whatsapp con los futboleros en España. La verdad es que España jugó bastante mal y Del Bosque estuvo de lo más anodino en sus cambios. Resultado final: ganamos de milagro en los minutos finales, tras una genialidad de Iniesta y pasamos con muy malas sensaciones a cuartos. Ya veremos que hacemos el sábado contra los franceses.
Después tocó visita al... SÍ, al veterinario. La perra, empeoró el domingo de forma sustancial y además aparte de los agujeros de entrada y salida que le hicieron para drenar, ahora tiene un nuevo grano sanguinolento en mitad del carrillo. Vamos, que ponemos un circo y nos crecen los enanos. Resulta que tienen que intervenir de nuevo el flemón, para volverlo a vaciar, ya que está de nuevo lleno de pus. Nuevo sablazo, esta vez más pequeño, pero no precisamente pequeño.
Entre medias de la operación, seguimos investigando supermercados. Esta vez probamos el Albertsons, que ni fú ni fá. Eso sí, me pregunto por que la abreviatura de libra (su medida de peso) en inglés es lb, cuando se escribe pound y se pronuncia paund. Otro misterio a resolver... (quizá el spanish power de nuevo sea la respuesta)
Tras la operación de la perra (y las compras de suministros), tarde caserita, viendo TV, que aquí es un ejercicio positivo y necesario, lejos de lo que significa verla en España (huelga decir que no ponemos canales en Español, que por cierto, hay UN HUEVO)
Llega el martes, y Alejandra propone ir a conocer el Downtown de LA, que en el viaje del verano pasado no lo conocimos, ya que por esta ciudad apenas paramos.
Probamos otro atasco bastante monumental en las autopistas de entrada al centro, pero bueno, como no teníamos prisa y todo era nuevo, esto no nos sentó especialmente mal. Eso sí, para estas cosas, sí que es cómodo el coche automático, el cual nosotros, no tenemos. Debemos ser los únicos en EE. UU. con un coche de cambio manual, que dicho sea de paso, yo todavía lo prefiero.
El downtown de LA, mola, pero no tiene nada que ver con el de NY, que mola mucho más, para que nos vamos a engañar. El de aquí es como el de NY, pero descafeinado, light, sin alcohol. Tiene la décima parte de rascacielos, de ambiente y de actividad en general. Nos moló el ayuntamiento, la biblioteca y por supuesto, la parte del Staples Center, que es quizá lo más único. También había un edificio calcado al Guggenheim, que resulta ser una sala de conciertos de Disney. Adjunto una fotos para analizar los parecidos razonables.
Otra cosa que no me deja de sorprender, es la fuerza que tiene el español aquí. Como muestra, adjunto unas fotos del barrio de las Joyas dentro del Downtown de LA.
Bueno, después de la visita al Downtown, vuelta a casita y vida ordenada.
Al día siguiente, que es el miércoles, Sandra se aventura a conocer una piscina y yo aprovecho para darme una carrera para situarla. He de decir que correr por aquí es un poco coñazo, porque por un lado hay muchas cuestas por nuestro barrio y por otro, como el parque que tenemos al lado es muy pequeño, hay que correr por las calles. Las calles grandes pueden tener sin problema 10 carriles en total, con lo que como toque cruzar dos o tres de estas es un corta-rollos.
Aquí comparto la carrerita en cuestión, donde doy la vuelta es en la piscina donde estaba nadando Alejandra.
Luego comemos en casa, y por la tarde tenemos nuestra segunda sesión de lavandería, con algunos problemillas inesperados. Básicamente, rellenamos de más una de las lavadoras, y también básicamente, nos la cargamos. La ropa sale empapada y la lavadora se queda llena de agua. A Sandra se le ocurre la feliz idea de meter la ropa mojada en la secadora... Nos cargamos también la secadora. En fin, que procedemos a iniciar de nuevo el proceso de lavado, en otra lavadora, claro, y trato de poner en marcha la lavadora y la secadora que nos hemos cargado en funcionamiento, pero vacías. La secadora parece que se ha arreglado, la lavadora, definitivamente, RIP.
Como 'la salud mental de la comunidad está puesta a prueba por nuestra perra fuera de control' (ver blog de la sensibilidad vecinal), este episodio, creemos que va ayudar al incremento de nuestra popularidad. Además, como las lavandería se paga con tarjeta, es fácil saber quién es el último que la ha usado. Decidimos que hay que decírselo sin falta al manager del complejo en lugar de hacer el avestruz, que para qué nos vamos a engañar, es lo que te pide el cuerpo en estas ocasiones. El(la) manager no está, así que aplazamos la noticia hasta el día siguiente.
Tras los episodios de la lavandería, decidimos ir a Culver City, donde hoy inauguraban el metro (que a nosotros nos pilla donde da la vuelta el viento), y aprovechaban para hacer una fiesta de la entrada del solsticio de verano. Con todas las tribulaciones que hemos tenido en la lavandería, llegamos con todos los actos terminados, menos un par de músicos con pinta de colgadillos cantando en la calle.
Decidimos tomarnos al menos una cervecita, ya que estamos por ahí. La verdad es que se nota que hay mucho ambiente, tanto, que todos los bares están petados, sin sitio en la barra, menos uno. Cuando pasa esto, mala señal... Efectivamente, nos crujieron. Pero eso sí, el catálogo de las cervezas lo tenían en un iPad, y tenían WIFI gratis. Tras el obligado check-in en Foursquare de Sandra (yo no llevé el teléfono), decidimos no volver a este sitio llamado BottleRock.
Y así llegamos al día de hoy, jueves, 21 de junio de 2012. Con la tontería llevamos ya 17 días en estas tierras...
Hoy empezaban los cuartos de la Euro, con el partido Portugal-Chequia, que tengo intención de ver. Entre las friegas que hay que hacer a la perrita en la zona del flemón (que por cierto, por fin, va mucho mejor) y que intentando hacer una transferencia se me bloquea la contraseña del banco, el partido no lo veo mucho, la verdad. Mientras, Sandra anda por ahí corriendo, en lugar de estar de marujo como yo.
Tras solucionar los problemas bancarios varios con la ayuda de Belén, finaliza la mañana, y llega Sandra de sus correrías. Se ha medio perdido en su carrera y ha llegado un poco más tarde de lo previsto. Decidimos ir a tomar una cerveza a nuestro bar, así a modo de aperitivo, un concepto totalmente desconocido aquí, pero da igual, porque los bares (pocos) están abiertos de continuo. Como comentaba arriba, hoy había una camarera distinta, ésta muy maja y que encima nos ha entendido a la primera, e incluso, nos ha puesto unas cositas -bien saladas- para acompañar la cerveza. Claro, esto nos ha hecho tomarnos otra. Buen marketing, sí señor.
Tras la cervecita, comemos en casa, bastante tarde, incorporando nuestro horario español de parados.
Por la tarde, es el quinto partido de la final de la NBA, así que decidimos verlo. Además tenemos una miniapuesta de por medio Sandra y yo, sobre si esto de jugar siete partidos es un poco tocomocho para alargar los ingresos o no. Yo digo que no (la serie va 3-1 y si ganaba hoy Miami, se acababa la cosa), y los Heat arrasan a los buenos de Ocklahoma, donde juega el español Ibaka. Miniapuesta ganada.
Decido bajar al gimnasio a última hora, pensando que no habrá nadie (como siempre). Resulta que hoy, bajando a las 21:00, es cuando más gente me he encontrado, ya que nos hemos juntado cuatro. Sé que suena a coña, pero como el gimasio es del tamaño de una habitación (grande), estaba petado!
A la vuelta, veo un correo de Chiquiriqui que se ha fastidiado el coche ¡Joder, también es mala suerte! Ahora que parece que la perrita se recupera, va a tocar aflojar para reparar el coche, que aparentemente estaba perfectamente. En fin, es lo que toca. Al mal tiempo (relativo), ¡buena cara!
Fin del día, y de nuevo, me he puesto al día de nuestras andanzas californianas. Mañana tenemos idea de ir a ver el famosisísimo cartel de Hollywood, que todavía no lo hemos visto.
Así que la imagen adjunta, por todos conocida, intentaremos hacerla con nuestros medios mañana
¡Seguiremos informando!
Aquí seguimos recibiendo muchos inputs de este idioma un poco salvajoide, y poco a poco vamos entendiendo más y cogiendo más vocabulario.
Lo más relevante desde el domingo hasta hoy lo intentaré resumir en las siguientes líneas.
Tras dejar el blog en su última entrada, fuimos por segunda vez a 'nuestro' bar, el Tattle Tale Room. La verdad es que este bar es sorprendente, cada día que vamos tiene una camarera distinta (ya sé que era la segunda vez que íbamos, pero hoy hemos ido de nuevo, y ha aparecido la tercera). Esta camarera (la segunda) provoca esta contrariedad que tiene este idioma, que como todos sabemos lo que se escribe como 'cuenca' se pronuncia como 'guadalajara', pero es que además, lo que se escribe como 'cuenco' no se dice 'guadalajaro' sino 'albacete'. Todo esta reflexión viene a cuento porque cuando llegué al bar y pedí dos simples cervezas marca Stella Artois (Two Stellas, please), ¡NO ME ENTENDIERON! Tuve que repetírselo tres veces, y entre medias me quiso dar la carta de cervezas.
Estas cosas pasan a veces, aunque la verdad es que en USA por mi experiencia, pasa poco, porque todo el mundo hace por entenderte, y porque también, aquí hay muchísima mezcla y cada uno habla como le sale del whistle.
En fin que tras las cervecitas nos volvimos a casita que al día siguiente ¡jugaba España!
El lunes vimos el partido comunicados por whatsapp con los futboleros en España. La verdad es que España jugó bastante mal y Del Bosque estuvo de lo más anodino en sus cambios. Resultado final: ganamos de milagro en los minutos finales, tras una genialidad de Iniesta y pasamos con muy malas sensaciones a cuartos. Ya veremos que hacemos el sábado contra los franceses.
Después tocó visita al... SÍ, al veterinario. La perra, empeoró el domingo de forma sustancial y además aparte de los agujeros de entrada y salida que le hicieron para drenar, ahora tiene un nuevo grano sanguinolento en mitad del carrillo. Vamos, que ponemos un circo y nos crecen los enanos. Resulta que tienen que intervenir de nuevo el flemón, para volverlo a vaciar, ya que está de nuevo lleno de pus. Nuevo sablazo, esta vez más pequeño, pero no precisamente pequeño.
Entre medias de la operación, seguimos investigando supermercados. Esta vez probamos el Albertsons, que ni fú ni fá. Eso sí, me pregunto por que la abreviatura de libra (su medida de peso) en inglés es lb, cuando se escribe pound y se pronuncia paund. Otro misterio a resolver... (quizá el spanish power de nuevo sea la respuesta)
Tras la operación de la perra (y las compras de suministros), tarde caserita, viendo TV, que aquí es un ejercicio positivo y necesario, lejos de lo que significa verla en España (huelga decir que no ponemos canales en Español, que por cierto, hay UN HUEVO)
Llega el martes, y Alejandra propone ir a conocer el Downtown de LA, que en el viaje del verano pasado no lo conocimos, ya que por esta ciudad apenas paramos.
Probamos otro atasco bastante monumental en las autopistas de entrada al centro, pero bueno, como no teníamos prisa y todo era nuevo, esto no nos sentó especialmente mal. Eso sí, para estas cosas, sí que es cómodo el coche automático, el cual nosotros, no tenemos. Debemos ser los únicos en EE. UU. con un coche de cambio manual, que dicho sea de paso, yo todavía lo prefiero.
El downtown de LA, mola, pero no tiene nada que ver con el de NY, que mola mucho más, para que nos vamos a engañar. El de aquí es como el de NY, pero descafeinado, light, sin alcohol. Tiene la décima parte de rascacielos, de ambiente y de actividad en general. Nos moló el ayuntamiento, la biblioteca y por supuesto, la parte del Staples Center, que es quizá lo más único. También había un edificio calcado al Guggenheim, que resulta ser una sala de conciertos de Disney. Adjunto una fotos para analizar los parecidos razonables.
Este es el de Bilbao |
Este el de Disney en LA |
Bueno, después de la visita al Downtown, vuelta a casita y vida ordenada.
Al día siguiente, que es el miércoles, Sandra se aventura a conocer una piscina y yo aprovecho para darme una carrera para situarla. He de decir que correr por aquí es un poco coñazo, porque por un lado hay muchas cuestas por nuestro barrio y por otro, como el parque que tenemos al lado es muy pequeño, hay que correr por las calles. Las calles grandes pueden tener sin problema 10 carriles en total, con lo que como toque cruzar dos o tres de estas es un corta-rollos.
Aquí comparto la carrerita en cuestión, donde doy la vuelta es en la piscina donde estaba nadando Alejandra.
Luego comemos en casa, y por la tarde tenemos nuestra segunda sesión de lavandería, con algunos problemillas inesperados. Básicamente, rellenamos de más una de las lavadoras, y también básicamente, nos la cargamos. La ropa sale empapada y la lavadora se queda llena de agua. A Sandra se le ocurre la feliz idea de meter la ropa mojada en la secadora... Nos cargamos también la secadora. En fin, que procedemos a iniciar de nuevo el proceso de lavado, en otra lavadora, claro, y trato de poner en marcha la lavadora y la secadora que nos hemos cargado en funcionamiento, pero vacías. La secadora parece que se ha arreglado, la lavadora, definitivamente, RIP.
Como 'la salud mental de la comunidad está puesta a prueba por nuestra perra fuera de control' (ver blog de la sensibilidad vecinal), este episodio, creemos que va ayudar al incremento de nuestra popularidad. Además, como las lavandería se paga con tarjeta, es fácil saber quién es el último que la ha usado. Decidimos que hay que decírselo sin falta al manager del complejo en lugar de hacer el avestruz, que para qué nos vamos a engañar, es lo que te pide el cuerpo en estas ocasiones. El(la) manager no está, así que aplazamos la noticia hasta el día siguiente.
Tras los episodios de la lavandería, decidimos ir a Culver City, donde hoy inauguraban el metro (que a nosotros nos pilla donde da la vuelta el viento), y aprovechaban para hacer una fiesta de la entrada del solsticio de verano. Con todas las tribulaciones que hemos tenido en la lavandería, llegamos con todos los actos terminados, menos un par de músicos con pinta de colgadillos cantando en la calle.
Decidimos tomarnos al menos una cervecita, ya que estamos por ahí. La verdad es que se nota que hay mucho ambiente, tanto, que todos los bares están petados, sin sitio en la barra, menos uno. Cuando pasa esto, mala señal... Efectivamente, nos crujieron. Pero eso sí, el catálogo de las cervezas lo tenían en un iPad, y tenían WIFI gratis. Tras el obligado check-in en Foursquare de Sandra (yo no llevé el teléfono), decidimos no volver a este sitio llamado BottleRock.
Y así llegamos al día de hoy, jueves, 21 de junio de 2012. Con la tontería llevamos ya 17 días en estas tierras...
Hoy empezaban los cuartos de la Euro, con el partido Portugal-Chequia, que tengo intención de ver. Entre las friegas que hay que hacer a la perrita en la zona del flemón (que por cierto, por fin, va mucho mejor) y que intentando hacer una transferencia se me bloquea la contraseña del banco, el partido no lo veo mucho, la verdad. Mientras, Sandra anda por ahí corriendo, en lugar de estar de marujo como yo.
Tras solucionar los problemas bancarios varios con la ayuda de Belén, finaliza la mañana, y llega Sandra de sus correrías. Se ha medio perdido en su carrera y ha llegado un poco más tarde de lo previsto. Decidimos ir a tomar una cerveza a nuestro bar, así a modo de aperitivo, un concepto totalmente desconocido aquí, pero da igual, porque los bares (pocos) están abiertos de continuo. Como comentaba arriba, hoy había una camarera distinta, ésta muy maja y que encima nos ha entendido a la primera, e incluso, nos ha puesto unas cositas -bien saladas- para acompañar la cerveza. Claro, esto nos ha hecho tomarnos otra. Buen marketing, sí señor.
Tras la cervecita, comemos en casa, bastante tarde, incorporando nuestro horario español de parados.
Por la tarde, es el quinto partido de la final de la NBA, así que decidimos verlo. Además tenemos una miniapuesta de por medio Sandra y yo, sobre si esto de jugar siete partidos es un poco tocomocho para alargar los ingresos o no. Yo digo que no (la serie va 3-1 y si ganaba hoy Miami, se acababa la cosa), y los Heat arrasan a los buenos de Ocklahoma, donde juega el español Ibaka. Miniapuesta ganada.
Decido bajar al gimnasio a última hora, pensando que no habrá nadie (como siempre). Resulta que hoy, bajando a las 21:00, es cuando más gente me he encontrado, ya que nos hemos juntado cuatro. Sé que suena a coña, pero como el gimasio es del tamaño de una habitación (grande), estaba petado!
A la vuelta, veo un correo de Chiquiriqui que se ha fastidiado el coche ¡Joder, también es mala suerte! Ahora que parece que la perrita se recupera, va a tocar aflojar para reparar el coche, que aparentemente estaba perfectamente. En fin, es lo que toca. Al mal tiempo (relativo), ¡buena cara!
Fin del día, y de nuevo, me he puesto al día de nuestras andanzas californianas. Mañana tenemos idea de ir a ver el famosisísimo cartel de Hollywood, que todavía no lo hemos visto.
Así que la imagen adjunta, por todos conocida, intentaremos hacerla con nuestros medios mañana
¡Seguiremos informando!
Muy interesante, me lo he leído todo como un buen marujo, jajajaja. Por cierto, ¿hasta cuándo pensáis estar por esos lares?. Soy Diego, que por el seudónimo solo me conozco yo, jaja.
ResponderEliminarBuenas!
ResponderEliminarHe sido informado por Vio de la existencia de este maravilloso blog que me permite conocer vuestras andanzas, de las que ni sospechaba. Madre mía.
Veo que os estaba pasando de todo (se parece mucho a mis viajes y a mi vida en general, por cierto) pero qu está resultando una experiencia muy rica. Casi todo lo que cuentas lo he podido vivir yo mismo de otra forma en mis tres viajes por esos lares. Me alucina y maravilla la capacidad de los americanos para relacionarse con los demás y lo fácil que te lo ponen a ti si quieres conocer gente. Ya lo dije una vez y me diste la razón: deberíamos aprender de su sentido colectivo.
En fin, espero que superéis del todo los traspiés y disfrutéis esta experiencia. Intentaré seguir vuestras andanzas (añade un botón de suscripción a tu blog) aunque el curro me está dejando menos tiempo aún que de costumbre.
Os echamos de menos!
Hablamos mañana por el whatasapp, como siempre, para ir comentando el partido.
Abrazo fuerte
Y.
Veo que seguís sin tener un bar de referencia claro y eso me preocupa.
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