Tras la experiencia beisboliana del viernes, llegamos al sábado 4 de agosto, es decir, nuestro segundo mes aquí.
El día empezó con Sandra viendo otra garrapata que estaba de paseo por el cubículo de Ada. Mala señal. Así que se puso a analizar a la perra concienzudamente a ver si tenía algún visitante okupa asentado en la nueva propiedad conquistada.
Efectivamente, o Ada tenía pezones impares o uno de ellos era una garrapata ya bien surtidita de sangre ¡Qué asco de bichos! Las cabronas de ellas, cerca del cuello, donde estaba el collar parecía que no podían morder, pero según se alejaban de él, sí. Así que Sandra encontró otra como en la zona de la rodilla y otra más, buscando donde acampar.
Tras deshacernos de todas, más o menos salvajemente (sí, pusimos la película de aceite que parece que hace que se suelten, pero es un poco mandanga. Las garrapatas siguen ahí, con los colmillos bien metiditos en harina), decidí visitar la única tienda de mascotas que nos faltaba, con el fin de buscar un producto que reforzara la acción del collar, que a todas luces, ha resultado insuficiente.
En mi visita a Pet Smart le compro un líquido insecticida y de paso, repongo el frisbi que se tragó la playa de Escondido.
Tras las friegas correspondientes con el liquidito en cuestión, y tras que Sandra se recerciorase de que no había más presencias, dimos por concluido el tema, con lo que me dí un garbeo por el gimnasio de Camelot.
Estos días, los vecinos hicieron una especie de mercadillo de libros usados, con lo que aproveché a comprar algunos a precios de risa (50 centavos cada uno), por aquello de tener algo de lectura en inglés.
Después, nos fuimos a dar un garbeo por nuestra playa y luego, hicimos nuestra primera parada del viaje en el In and Out, que es una de la cadena de hamburgueserías más valoradas aquí. Nuestro segundo mes de estancia, merecía una comida basura americana para celebrarlo.
El día no tuvo mucha más novedad, más que visitamos a nuestro DVD club, que hacía tiempo que no íbamos, para coger la peli de Sospechos habituales, que yo no había visto y que Sandra me recomendó fervientemente.
La peli, la verdad es que moló, pero era bastante difícil, así que no me enteré mucho. La tendré que ver otra vez, porque Kevin Spacey lo merece.
El día empezó con Sandra viendo otra garrapata que estaba de paseo por el cubículo de Ada. Mala señal. Así que se puso a analizar a la perra concienzudamente a ver si tenía algún visitante okupa asentado en la nueva propiedad conquistada.
Efectivamente, o Ada tenía pezones impares o uno de ellos era una garrapata ya bien surtidita de sangre ¡Qué asco de bichos! Las cabronas de ellas, cerca del cuello, donde estaba el collar parecía que no podían morder, pero según se alejaban de él, sí. Así que Sandra encontró otra como en la zona de la rodilla y otra más, buscando donde acampar.
Tras deshacernos de todas, más o menos salvajemente (sí, pusimos la película de aceite que parece que hace que se suelten, pero es un poco mandanga. Las garrapatas siguen ahí, con los colmillos bien metiditos en harina), decidí visitar la única tienda de mascotas que nos faltaba, con el fin de buscar un producto que reforzara la acción del collar, que a todas luces, ha resultado insuficiente.
En mi visita a Pet Smart le compro un líquido insecticida y de paso, repongo el frisbi que se tragó la playa de Escondido.
Tras las friegas correspondientes con el liquidito en cuestión, y tras que Sandra se recerciorase de que no había más presencias, dimos por concluido el tema, con lo que me dí un garbeo por el gimnasio de Camelot.
Estos días, los vecinos hicieron una especie de mercadillo de libros usados, con lo que aproveché a comprar algunos a precios de risa (50 centavos cada uno), por aquello de tener algo de lectura en inglés.
Después, nos fuimos a dar un garbeo por nuestra playa y luego, hicimos nuestra primera parada del viaje en el In and Out, que es una de la cadena de hamburgueserías más valoradas aquí. Nuestro segundo mes de estancia, merecía una comida basura americana para celebrarlo.
Sandra y la hamburguesa, bajo la atenta mirada de nuestro Bettle. |
Yo, haciendo lo propio |
El día no tuvo mucha más novedad, más que visitamos a nuestro DVD club, que hacía tiempo que no íbamos, para coger la peli de Sospechos habituales, que yo no había visto y que Sandra me recomendó fervientemente.
La peli, la verdad es que moló, pero era bastante difícil, así que no me enteré mucho. La tendré que ver otra vez, porque Kevin Spacey lo merece.
Eyeyeyeyeyey que ese día fuí yo corriendo a la playa, por eso me comí la hamburguesa! Exterminio a las garrapatas
ResponderEliminarOs estáis poniendo finos...
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