Aunque no esté trabajando, el curso de Sandra va creando una rutinilla semanal.
Lunes, día 23 de julio. Comenzamos la semana dándole un poco al tenis a primera hora (de 9 a 10:15 aproximadamente).
Luego, tras dejar a la niña en el cole, me paso a marujear un poco por Ralphs que nos estamos quedando sin algunos víveres. Después toca sesión de lavandería, que la incluyo aquí porque en este día aprendo a poner la secadora varios ciclos seguidos, que aunque parezca una sandez, no lo es ni de coña, ya que ya no hace falta bajar veinte veces a ponerla (normalmente hacen falta dos -o tres- ciclos de secadora).
Por la tarde, ya con Sandra, intentamos comprar un bañador, que sólo he traido uno primero en Ross (no tienen) y luego en Target (no tienen mi talla). Por tanto, 'agua'.
El día no da para mucho más que cena casera y algo de TV.
El martes (24Jul), seguimos con nuestra rutina tenística matinal y después de dejar a Sandra, sigo con la búsqueda de mi bañador, esta vez en solitario. También aprovecho para seguir buscando un cubo*, tema que merece una mención especial.
Me acerco al Target que hay en el centro comercial de al lado, confiando en encontrar el bañador que vimos el día anterior de mi talla y efectivamente, en este, que es más grande sí lo tienen.
Me paso sin mucha fe por la parte de la limpieza, y ¡MILAGRO! ¡Hay un cubo con escurridor! Mi teoría, es que como aquí hay un montón de latinos, a lo mejor han importado la demanda de este utensilio tan útil, por otro lado.
Cuando llego a casa, resulta que la fregona que hemos comprado es gigante y no cabe en el escurridor... joder
Los martes, como he contado en otras entradas, el otro centro comercial (el Promenade) tiene día del expectador, así que por la tarde nos vamos a ver la de Prometheus, que en el día en el que estoy escribiendo creo que no ha llegado a España.
La peli, es de Ridley Scott, cosa que no sabía, y que siempre da una cierta confianza. A mí me gustó bastante y a Sandra, bastante menos. Aparte de nuestras habituales pérdidas de algún diálogo que otro, parece que la película en sí deja bastantes cabos sueltos (creo que adrede), con lo que entre los unos y los otros, salimos con bastantes incógnitas sin resolver. En fin que como fin de fiesta, nos fuimos al japonés del centro comercial (el Kabuki) que ese día estaba abarrotado no se sabe por qué. Pensamos en si sería fiesta al día siguiente o algo, pero lo descartamos enseguida porque aquí nunca es fiesta.
Así llegamos al miércoles, 25J, con más tenis (al final de estos seis meses espero que mejoremos algo, también en esto), y la novedad de la mañana es que la tarjeta de crédito que estamos usando aquí se nos ha bloqueado. El tema no me preocupa mucho, porque es del banco de Sandra y estoy seguro que en esta ocasión en casa del herrero cuchara de acero.
La novedad marujil es que por fin puedo comprar especias a un precio normal (1$ cada una) en mi ya querido Big Lots!, ya que aquí en todos los sitios se les ha ido la olla y no las ves por menos de 4$.
De vuelta a casa tras verificar que la tarjeta no paga ni en la gasolinera, ni en el citado Big Lots, ni tampoco en Sprouts, mi última parada para abastecer la nevera.
De vuelta a casa conozco a un nuevo vecino, este es de origen francés (Claude), pero lleva aquí desde los dos años, con lo que es yankee total. Como es habitual aquí, es bastante majete y me pregunta un poco por todo y yo también un poco también a él. No dejo constancia de la conversación porque fue un poco intrascendente, la verdad.
Por la tarde, decido dar una minicarrera con Ada, para probar cómo va de sus patas y también porque hace días que no hace ejercicio y la hemos notado un poco hiperactiva (pesadita) por las noches. La perra responde bien, con lo que decido que voy a tener que buscar una correa más adecuada que la que he traíado, para poder llevarla más días.
El miércoles finaliza sin mucha más novedad, ya que cenamos en casita que ya habíamos corrido el tacón el día anterior.
El jueves, último día de la semana colegial, seguimos dándole al tenis (ya digo yo que algo tendremos que mejorar), aunque a Sandra, le ha salido una ampolla en el pie de tanto darle al tema de la raqueta (además, con un calzado inapropiado, por otra parte). Tarea nueva: hacernos con el botiquín mínimo, que aquí no tenemos de ná y la noche anterior, tuve que abrir la ampolla con las tijeras de las uñas y desinfectarla con una colonia de Oriflame de esas que vende mi madre (Chiquiriqui).
Pese a la ampolla, Sandra que es muy sufridita, juega al tenis antes de clase. Después me dedico a la solución de tareas marujiles visitando la tienda de chinos (para comprar alfileres -para pinchar ampollas- y una fregona un poco más pequeña), y después, para ver cómo abastecer el botiquín, hago una tourné por Big Lots, Sprouts, Albertson, el CVS de al lado, Marshalls (aquí no entré por lo del botiquín, pero sí a cotillear un poco) y finalmente, al CVS de al lado. Tarea del botiquín cumplida con los mínimos.
Después me dedico a chapucear un poco en la casa, ya que el cable de la antena está fatal puesto y la perra cada vez que sale de su casita se tropieza con él (y también nosotros). Como el material que he comprado para pegar la antena a la pared es del chino, no tarda ni media hora en despegarse...
El jueves no dió para mucho más, ya que la tarde la pasamos de forma caserita sin demasiada andanza que contar.
Al día siguiente, Sandra no tiene clase, así que tenemos fin de semana largo a la vista...
*El cubo
Resulta que aquí los yankees, tienen varias maneras de fregar (parece) ya que tienen fregonas del tipo español, y también tienen una tipo mezcla mopa-esponja. Para la primera, curiosamente, tienen la fregona, pero no hay dios que encuentre un cubo con escurridor, con lo que barajábamos el adaptar uno de comida a un cubo normal, cosa que iba a salir mal seguro. No entiendo qué coño hacen con la fregona una vez la mojan -o la mejor no la mojan y la usan para sacar brillo...-
Para la segunda opción, la fregona se auto-escurre con un mecanismo, pero la que tenemos en casa huele mal y además deja todo encharcado (vamos que escurre de pena) y las nuevas son un timo. Total que el hecho de encontrar un cubo con escurridor me ha llevado por todos los supermercados, tiendas varias y chinos sin éxito. Cierro aquí el inciso sobre el cubo.
Lunes, día 23 de julio. Comenzamos la semana dándole un poco al tenis a primera hora (de 9 a 10:15 aproximadamente).
Luego, tras dejar a la niña en el cole, me paso a marujear un poco por Ralphs que nos estamos quedando sin algunos víveres. Después toca sesión de lavandería, que la incluyo aquí porque en este día aprendo a poner la secadora varios ciclos seguidos, que aunque parezca una sandez, no lo es ni de coña, ya que ya no hace falta bajar veinte veces a ponerla (normalmente hacen falta dos -o tres- ciclos de secadora).
Por la tarde, ya con Sandra, intentamos comprar un bañador, que sólo he traido uno primero en Ross (no tienen) y luego en Target (no tienen mi talla). Por tanto, 'agua'.
El día no da para mucho más que cena casera y algo de TV.
El martes (24Jul), seguimos con nuestra rutina tenística matinal y después de dejar a Sandra, sigo con la búsqueda de mi bañador, esta vez en solitario. También aprovecho para seguir buscando un cubo*, tema que merece una mención especial.
Me acerco al Target que hay en el centro comercial de al lado, confiando en encontrar el bañador que vimos el día anterior de mi talla y efectivamente, en este, que es más grande sí lo tienen.
Me paso sin mucha fe por la parte de la limpieza, y ¡MILAGRO! ¡Hay un cubo con escurridor! Mi teoría, es que como aquí hay un montón de latinos, a lo mejor han importado la demanda de este utensilio tan útil, por otro lado.
Cuando llego a casa, resulta que la fregona que hemos comprado es gigante y no cabe en el escurridor... joder
Los martes, como he contado en otras entradas, el otro centro comercial (el Promenade) tiene día del expectador, así que por la tarde nos vamos a ver la de Prometheus, que en el día en el que estoy escribiendo creo que no ha llegado a España.
La peli, es de Ridley Scott, cosa que no sabía, y que siempre da una cierta confianza. A mí me gustó bastante y a Sandra, bastante menos. Aparte de nuestras habituales pérdidas de algún diálogo que otro, parece que la película en sí deja bastantes cabos sueltos (creo que adrede), con lo que entre los unos y los otros, salimos con bastantes incógnitas sin resolver. En fin que como fin de fiesta, nos fuimos al japonés del centro comercial (el Kabuki) que ese día estaba abarrotado no se sabe por qué. Pensamos en si sería fiesta al día siguiente o algo, pero lo descartamos enseguida porque aquí nunca es fiesta.
Así llegamos al miércoles, 25J, con más tenis (al final de estos seis meses espero que mejoremos algo, también en esto), y la novedad de la mañana es que la tarjeta de crédito que estamos usando aquí se nos ha bloqueado. El tema no me preocupa mucho, porque es del banco de Sandra y estoy seguro que en esta ocasión en casa del herrero cuchara de acero.
La novedad marujil es que por fin puedo comprar especias a un precio normal (1$ cada una) en mi ya querido Big Lots!, ya que aquí en todos los sitios se les ha ido la olla y no las ves por menos de 4$.
De vuelta a casa tras verificar que la tarjeta no paga ni en la gasolinera, ni en el citado Big Lots, ni tampoco en Sprouts, mi última parada para abastecer la nevera.
De vuelta a casa conozco a un nuevo vecino, este es de origen francés (Claude), pero lleva aquí desde los dos años, con lo que es yankee total. Como es habitual aquí, es bastante majete y me pregunta un poco por todo y yo también un poco también a él. No dejo constancia de la conversación porque fue un poco intrascendente, la verdad.
Por la tarde, decido dar una minicarrera con Ada, para probar cómo va de sus patas y también porque hace días que no hace ejercicio y la hemos notado un poco hiperactiva (pesadita) por las noches. La perra responde bien, con lo que decido que voy a tener que buscar una correa más adecuada que la que he traíado, para poder llevarla más días.
El miércoles finaliza sin mucha más novedad, ya que cenamos en casita que ya habíamos corrido el tacón el día anterior.
El jueves, último día de la semana colegial, seguimos dándole al tenis (ya digo yo que algo tendremos que mejorar), aunque a Sandra, le ha salido una ampolla en el pie de tanto darle al tema de la raqueta (además, con un calzado inapropiado, por otra parte). Tarea nueva: hacernos con el botiquín mínimo, que aquí no tenemos de ná y la noche anterior, tuve que abrir la ampolla con las tijeras de las uñas y desinfectarla con una colonia de Oriflame de esas que vende mi madre (Chiquiriqui).
Pese a la ampolla, Sandra que es muy sufridita, juega al tenis antes de clase. Después me dedico a la solución de tareas marujiles visitando la tienda de chinos (para comprar alfileres -para pinchar ampollas- y una fregona un poco más pequeña), y después, para ver cómo abastecer el botiquín, hago una tourné por Big Lots, Sprouts, Albertson, el CVS de al lado, Marshalls (aquí no entré por lo del botiquín, pero sí a cotillear un poco) y finalmente, al CVS de al lado. Tarea del botiquín cumplida con los mínimos.
Después me dedico a chapucear un poco en la casa, ya que el cable de la antena está fatal puesto y la perra cada vez que sale de su casita se tropieza con él (y también nosotros). Como el material que he comprado para pegar la antena a la pared es del chino, no tarda ni media hora en despegarse...
El jueves no dió para mucho más, ya que la tarde la pasamos de forma caserita sin demasiada andanza que contar.
Al día siguiente, Sandra no tiene clase, así que tenemos fin de semana largo a la vista...
*El cubo
Resulta que aquí los yankees, tienen varias maneras de fregar (parece) ya que tienen fregonas del tipo español, y también tienen una tipo mezcla mopa-esponja. Para la primera, curiosamente, tienen la fregona, pero no hay dios que encuentre un cubo con escurridor, con lo que barajábamos el adaptar uno de comida a un cubo normal, cosa que iba a salir mal seguro. No entiendo qué coño hacen con la fregona una vez la mojan -o la mejor no la mojan y la usan para sacar brillo...-
Para la segunda opción, la fregona se auto-escurre con un mecanismo, pero la que tenemos en casa huele mal y además deja todo encharcado (vamos que escurre de pena) y las nuevas son un timo. Total que el hecho de encontrar un cubo con escurridor me ha llevado por todos los supermercados, tiendas varias y chinos sin éxito. Cierro aquí el inciso sobre el cubo.
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