martes, 24 de julio de 2012

Día del Carmen y Long Beach


Lunes, día 16, el día más importante del año, que es el ¡¡¡¡día del Carmen!!!!

Hay que preparar una felicitación para Chiquiriqui como es debido, así que tiro de los socorridos personajes 3D que hace mi empresa. Como a Chiqui le gusta el osito de peluche, ese es el elegido.

Tras crear y enviar la felicitación por Facebook, como hay clase, después de dejar a Sandra dedico la mañana a hacer recaditos varios, con notable éxito.

El descubrimiento del día, ha sido de nuevo el Big Lots! (el sitio donde compramos el ratón). Tras dedicarle más tiempo, he visto que esta tienda que no tenía mucha idea de cómo catalogarla, merece bastante la pena. En esta ocasión he comprado un HUB USB por 6$ y unos cascos para el MP3 (que se me habían fastidiado) por 5$. Además, he visto que tenían cosas mucho más baratas que en otros sitios, como las especias (aquí carísimas) a 1$ o accesorios para perros.


El lunes, como buen arranque de semana, no da para mucho más.


El martes, lo hemos institucionalizado como el día del cine, entre otras cosas, porque en el centro comercial de al lado de casa que tiene cines (The Promenade se llama) es el día del espectador y cuesta 7$. Seguimos con nuestra política de películas fáciles, para no desmoralizarnos si no entendemos ná, así que esta vez vamos a ver Madagascar 3. La peli, tiene su toque gracioso, como todas las de Dreamworks y además la Jirafa la identifico como la voz de Ross, el de Friends, lo cual demuestra dos cosas: 1) que estamos cogiendo oído para las voces yankees y 2) más importante, que vemos mogollón Friends.

Tras el cine, por supuesto, repetimos Kabuki, que lo cogemos con la hora feliz y las cervezas nos cuestan 2$, y los rolls especiales no pasan de 9$, además están muy buenos. De hecho, cogemos una tarjeta de estas de fidelización, que cuando te gastas 3.000$ te regalan un caramelo de menta.


Al día siguiente, Sandra tiene el día libre de clases, así que decidimos ir a Long Beach, que aparte de que no lo conocemos, nos hemos documentado de que hay una playa, llamada Rosie, en la que se puede ir con perro y además, y esto es noticia, soltarles.


Long Beach nos gusta bastante, tiene un downtown chulo, y tras recuperar el resuello tras casi atropellar a un pirao que se nos cruzó en mitad de la carretera -frenazo quemando neumáticos incluido-, llegamos a la playa en cuestión, que la verdad es que estaba bastante bien.


La experiencia, digamos que fue regularcilla, al menos al principio. Delic-Ada, que sin duda es pariente del cagueta Scooby Doo, ya le ha cogido definitivamente miedo al mar. Eso de ver que esa masa se aproxima y se aleja, no lo termina de asimilar, y como hasta ahora, hemos tenido que hacer las aproximaciones al agua con ella atada, es decir, sin posibilidad de escapar, el miedo que le tiene ha ido in-crescendo.


El hecho es que cuando llegamos a la playa de perros, la perra estaba como loca, lloriqueando, tirando hacia todos lados sin sentido y ladrando y lanzando tarascadas a todos los perros que le pasaban cerca, mejor si son enanos, que le dan más confianza. Vamos que nos costó un rato el poder soltarla, porque no sabíamos la reacción y además estaba provocando un poco de caos en el resto de apacibles perros.


Tras un rato en la playa en la que la perra no ha dejado de tirar en dirección opuesta al mar o lo que es peor, en dirección a la gente que está tranquilamente sentada, con su chiringuito medio montado (con lo cual no la hemos podido soltar), decido que voy a obligarla a bañarse otra vez, a ver si se convence que esto es sólo agua.


Nos metemos los dos juntitos, a la zona que cubre bien -entre otras cosas, porque ahí la perra tira bastante menos- y la perra no para de morder a las olas, con lo que traga un cangilón de agua de mar. Lo siguiente con lo que nos premia es con un surtidor de diarrea, nada más salir del agua. Menos mal que no había nadie cerca. Una vez enterrado el regalo, decidimos atar a la perra e ignorarla un rato. A su vez, una chica muy simpática nos pregunta que si opinamos que puede soltar a su perra, que es la primera vez que va a la playa y que quizá altere a Ada. Nos descojonamos por dentro, y la decimos que por supuesto la suelte, de hecho, Ada ya se ha tranquilizado un poco y la soltamos también. La perra de la chica, que se llamaba Jazz, estaba bastante locuela, y se metía en el agua como perico por su casa, dando unos saltos muy cachondos, pero Ada pese a verlo, ya estaba bloqueada.


Delic-Ada en Long Beach. Tan bonita como coñacito.

Decidimos acabar nuestra experiencia playera del día jugando un poco al frisbee. La perra nos lo captura en uno de los primeros lanzamientos, y como es comprado en el chino, lógicamente, se lo carga.


Ya sin más juegos y sin más paciencia, emprendemos la búsqueda de un sitio con terracita, para ver si comemos algo.


Encontramos un centro comercial (claro) bastante chulo, tras descartar uno anterior por demasiado pijo y caro. Encontramos un sitio con terraza donde podemos atar a Ada a nuestro lado y resulta ser uno restaurante de steaks, el Outback, de esos que no paran de anunciar en la tele y que yo tenía ganas de visitar. Tras darnos un homenajillo de carne -muy buena, por cierto- con Ada de artista invitada, ponemos rumbo a casa.


Como el día iba un poco torcido, cuando llegamos a casa nos encontramos otra nota del manager de Camelot, de que la perra ha vuelto a ladrar y que se han vuelto a quejar de ello, con lo que nos da un poco de bajón vespertino por este tema reincidente.


Decido ir a Big Lots! que había visto un aparato que por lo visto, cuando el perro ladra, emite un sonido de alta frecuencia bastante molesto para ellos, que para los ladridos. Se llama Bark Off. Soy bastante escéptico de que esto funcione, pero bueno, como estamos un poco a la desesperada y es barato 6$), decido comprarlo.


También me bajo alguna aplicación para el i-Pad que en teoría hace lo mismo, para reforzar el tema.


Fin del día. Al día siguiente, toca hablar con la manager del problemilla, ya que en la nota nos ha dicho que le digamos qué pensamos hacer...


¡Seguimos informando!

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