Bueno, menudo atracón de escribir que llevo hoy, y todo por quedarme atrasaaaaaado en contar las cosas que nos pasan por aquí.
Despúes nos tomamos una cervecita con ellos en un bar desde que se ve muy bien la puesta de sol, y emprendemos camino a casa, que Ada ya debe estar cruzando las patas...
En fin, que llegamos al 5 de junio, es decir el primer día del comienzo del segundo mes aquí... ¡oooooh!
Este día, Sandra comienza con su horario normal, es decir, a las 11h, con lo que nos levantamos pronto con la idea de jugar al tenis (de verdad) de 9 a 10. Esta vez lo conseguimos, arrancamos la temporada de tenis con buenas sensaciones, de la pista, de las raquetas, de las pelotas, de la camiseta que me compré en Ross... ¡de todo! Eso sí, noto que el grip de la mía, hay que cambiarlo, porque se está deshaciendo, probablemente se haya resecado de no usarla. Ya tengo tarea nueva.
Tras la premier tenística, dejo a Sandra en su colleague y aprovecho el camino de vuelta para pasarme por el Ralphs que hay enfrente de su colegio y luego, de nuevo por el Big 5, esta vez para cambiar el grip de la raqueta. Mi atracción hacia las tiendas de deporte es evidente y empezaba a notar un poco de síndrome de abstinencia...
En realidad, los jueves, Sandra tiene actividades extraescolares, y esta vez decido unirme a su grupo, que ese día tiene previsto dar una vuelta en bici por Venice, a eso de las 13:00. Así que tras cambiar el grip de la raqueta y dejar la compra, vuelvo a su cole, donde nos dirigimos hacia Venice con una japonesa de su clase, muy graciosa.
Comemos en un italiano en Venice, que está bastante bien, pero no me llego a sentir del todo cómodo, porque la profesora del curso, al fin y al cabo utiliza el día como una clase más, y yo me siento un poco fuera de juego. Tras la comida, unas fotos y nos dirigimos por fin a alquilar las bicis.
Aquí tenemos la clase de Sandra al completo, bueno no, creo que falta un francés y un japonés que por lo visto pasan bastante de todo... |
La jornada en bici es un poco chiste, somos muchos, y además, la chica etiope (a la izquierda de Sandra en la foto) resulta que no sabe montar en bici, con lo que le dan una especie de triciclo que no hay dios que mueva, con lo que el ritmo medio que cogemos es el de la abuela que va a visitar el centro de salud. Ilustro lo que digo compartiendo la ruta aquí.
En cualquier caso, lo pasamos bien y hacemos migas con la pareja de rusos (los dos de la derecha de la foto). Nos quedamos con ellos dando una vuelta por los canales de Venice, cuando finaliza la actividad y el resto de la gente se va.
Los canales de Venice. Bueno, uno de ellos. |
¡Fin del día y ya hemos hecho un poco de vida social!
Ya me he enterado de quienes son los rusos. Es lo malo que tiene leer de más reciente a más antiguo.
ResponderEliminarja,ja el nombre de Vlad me recuerda a...Un abrazo a todos
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