miércoles, 11 de julio de 2012

¡Ya tenemos raquetas!

Tras mogollón de días sin escribir, voy a ver si me consigo poner al día de nuestras aventuras californianas.


Si no me equivoco, dejé de publicar entradas el viernes, día 29 de junio, por lo que han pasado bastantes cosas desde entonces.


Ese mismo viernes, lo más significativo que hicimos fue llevar a Ada a la playa (playa del rey), que si no me equivoco era la primera vez que la veía. Por una parte, los yankees que son muy regulantes, no permiten perros en esta playa, con lo que fuimos un poco con la mosca tras la oreja (sobre todo yo, ya que para estas cosas Sandra es más pasota), y posteriormente, cuando ya se hizo un poco más tarde y la playa estaba casi vacía, acerqué a Ada al mar (aquí océano). La verdad es que nos echamos unas risas, porque esta perra es un poco Scooby Doo, y se caga por todo, con lo que las olas, cuando las veías aproximarse, le daban un miedo de pelotas. Como quiera que no estábamos ataviados para el baño vespertino, tras unos cuantos tiras y aflojas con la perra, los dos acabamos empapados y emprendimos retirada. Sandra, sabiamente, se mantuvo en segundo plano en estas andanzas.


La noche pasó sin demasiada novedad. Estuvimos en casita, viendo Matrix, que por cierto, a Morfeo se le entendía muy bien, y por la noche, cuando bajé a Ada, vi un ¡MAPACHE! Así, como el que no quiere la cosa, en un árbol de debajo de casa, como si fuera un gato gordo, ahí estaba, mirándonos. Es curiosa la fauna que hay por aquí también... un día haré un monográfico en el blog sobre los bichejos de la zona.


Este no era el que ví, pero bien podría haberlo sido
El sábado, dedicamos la mañana a seguir los preparativos de la inscripción de Sandra en su colegio, y tras sus habituales discusiones con la recepcionista de turno (la verdad es que las chicas que nos atienden, no tienen mucha idea del curso, pero creo que más que problemas de ellas, es de la encargada, que se ha pirado de vacaciones y no las ha dejado ninguna información), entregamos la solicitud y nos vamos con la música a otra parte.


La otra parte no es otra que a comprar unas raquetas de segunda mano que hemos visto en craigslists, la página tipo "segundamano" que utilizan los yankees. El hecho, es que hemos visto un anuncio de uno que vende raquetas con bastante buena pinta y además nos pilla más o menos cerquita. 
Esta es una de las fotos del anuncio. La naranja (2ª empezando por la derecha) es la que usa Sandra
Nos gustan dos raquetas Wilson, con bastante buena pinta. Nos atiende un chavalote medio puerto-riqueño, bastante majete. Como él no era quien las vendía, sino su padre, antes de decirnos el precio, trata de localizarle sin éxito, con lo que vamos a dar un paseo por la zona mientras le localiza. En este paseo, encontramos un nuevo supermercado Whole Foods, muy bonito, con buen género pero algo carete. De vuelta, cerramos el trato por 70$. Un poco más de lo que pensábamos, pero las raquetas son bastante aparentes.


Tras comprar las raquetas, decidimos darnos un paseo por Santa Mónica, que está muy animado, al ser fin de semana. Encontramos la zona por donde estuvimos el verano pasado viendo la supercopa entre el Barcelona y el Madrid. Una calle peatonal, con bastante ambiente, muchas tiendas y restaurantes y un centro comercial, claro. Tras darnos un paseo y recordar las compras que hicimos el año pasado, cuando teníamos un sueldo (;-), nos metemos a tomar una cervecita en una especie de bar-restaurante mexicano que no lo parecía desde fuera. Decidimos pedir unos nachos a modo de aperitivo, pero resultan ser una comida en toda regla (que además me estuvo repitiendo bastante, por cierto). Uno se hace mayor con todas sus consecuencias...


Después nos damos un paseito por la playa, que también estaba bastante llena y emprendemos viaje de regreso a casita.


Por la noche, y como colofón del sábado, nos pasamos un rato por nuestro querido Tattle Tale bar, que resulta que los sábados tiene karaoke. Como ya habíamos comprobado en otras ocasiones, esto tiene mucho tirón aquí, a la gente o le gusta mucho cantar o no tiene vergüenza o las dos cosas. La verdad es que a falta de su vergüenza, esta la nuestra, porque la verdad es que la mayoría causa la vergüenza ajena... En fin, que tras dos cervezas y del recital del desentone, nos volvemos a casa, que al día siguiente es ¡la gran final de la Euro!


Bueno, ya sé que tengo mucho trabajo atrasado, pero me voy a ir poniendo al día poco a poco. Ahora me marcho a buscar a Sandra, que está acabando su sexto día de clase.














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